Ante la pregunta sobre a qué edad podemos decir que alguien ya envejeció, Yolanda Burgos prefiere hablar sobre actitudes, comportamientos y autonomía de las personas mayores.
“A ver, pregúntale tú a un muchacho de 15 años quién es viejo, pues uno de 30. Y al de 30, pues uno de 50”, comenta la psicoterapeuta, gerontóloga y orientadora familiar.
¿Qué es envejecer? ¿Es sólo la parte orgánica o es la parte actitudinal o es la parte psicoemocional? Son todas esas cuestiones, advierte la especialista. Hay personas que tienen una salud de persona mayor, siendo joven, ejemplifica.
“La pregunta es: ¿cómo se sienten mis padres?, ¿mis padres todavía son autónomos, tienen entusiasmo, quieren salir?
Cuando ya hay una enfermedad que hace que haya más dependencia, entonces sí podemos pensar que esos padres están envejeciendo con dependencia, como falta de funcionalidad.
Aunque pide cuestionarse: ¿es falta de capacidad de los padres esa dependencia o el contexto y el medio los obligan a depender?
“Por ejemplo: sal a la calle, yo te invito a cruzar con andadera o bastón, pues se necesita mucho valor. No es que no lo puedan hacer, es que el medio no se los permite.
DECÁLOGO Para tener una mejor relación con tus padres envejecientes:
1.- No olvides que ellos siempre serán tus padres, no tus iguales y, mucho menos, tus inferiores.
2.- Escuchar qué es lo que quieren, no pretender adivinarlo o imponer lo que tú supones.
3.- Trátalos con todo respeto, no por ser mayores son incapaces de continuar haciendo cosas.
4.- El amor no se manifiesta inutilizando a los padres, sino acompañándolos en sus decisiones.
5.- Si estás con ellos, hazlo con gusto; si no puedes tener una buena actitud en ese periodo, es mejor que te vayas y vuelvas en otro momento.
6.- No fuerces a tu cónyuge o pareja a visitar a tus padres.
7.- Nunca digas “te llevo a pasear, te saco a comer…”, no son mascotas. Es mucho mejor decir “vamos a pasear, vamos a comer”.
8.- Las decisiones importantes se toman conversando en momentos de calma y a distancia de la crisis.
9.- Hablar de los temas incómodos, como la enfermedad, la herencia o la muerte, se hace en momentos relajados, de alegre convivencia.
10.- Disfruta a tus padres como hija/o, no como su cuidador. No pierdas esa oportunidad hasta que la vida te lo permita.