Después de repasar las experiencias de cuatro periodistas mexicanos cuyos trabajos informativos los llevaron a ser amenazados de muerte y vivir desplazados por la violencia, Estado de Silencio presenta los menosprecios cotidianos del expresidente Andrés Manuel López Obrador hacia el gremio.
El documental, producido por Diego Luna y dirigido por Santiago Maza, dedica unos minutos a recopilar algunos dichos que caracterizaron el sexenio anterior, cuando el entonces Mandatario repetía que era una de las peores épocas para el periodismo, con una prensa tendenciosa, vendida y alquilada por los corruptos.
Como respuesta, uno de los cuatro protagonistas del filme, Marcos Vizcarra, quien cubre la violencia en Sinaloa, dice a cuadro que los ataques desde Presidencia son como si a los reporteros les dibujaran un blanco en el pecho para ser baleados, pues denotan que a nadie le importa lo que pasa con la prensa.
El largometraje, exhibido en el Festival de Tribeca, llega a Netflix este 17 de octubre, a poco más de dos semanas del arranque del Gobierno de Claudia Sheinbaum, momento idóneo, según los realizadores, para plantear la importancia del trabajo informativo.
«No es coincidencia que el documental esté saliendo ahorita, yo espero que genere discusión, genere debate, genere atención. Para mí, las cosas no van a cambiar para el gremio periodístico hasta que éste sea un tema que le interese a la ciudadanía, que le interesa a la gente.
«Cuando hablamos de la violencia que viven los periodistas y de la impunidad a la que se enfrentan, estamos hablando de nuestro derecho que tenemos como ciudadanos a tener acceso a información libre, a voces que puedan ejercer su trabajo y nos ayuden a entender el mundo en que vivimos», afirmó Luna, en entrevista.
La realización del documental le tomó a ambos realizadores cinco años, durante los que conocieron reporteros de diferentes estados, como Guerrero, Guanajuato y Chihuahua, quienes cubrían temas diferentes, con una constante: la violencia que se cernía sobre ellos.
Al principio plantearon una serie, pero cuando optaron por una película decidieron limitarse a los casos de Vizcarra, Jesús Medina (quien sigue temas medioambientales en Morelos) y de Juan de Dios García Davish y María de Jesús Peters (quienes tras retratar por años la migración se vieron forzados a exiliarse en Estados Unidos).
«Estos cuatro periodistas se unen también en la resiliencia con la que seguían haciendo su chamba. Fue complicada la parte de invitarlos a ser ahora el objeto de estudio y no el punto de vista, es un intercambio de vulnerabilidades.
«Fuimos muy honestos y pacientes, queríamos mostrar que el compromiso que nosotros teníamos con el documental estaba a la altura que el de ellos con su oficio. Éste es un documental que exige una reflexión de todos, absolutamente todos, ciudadanía y Estado por igual», recordó Maza.
Por sus casi 20 años de trabajo con la gira de documentales Ambulante, Luna sabe que Estado de Silencio es un tipo de filme que, aunque plantea preguntas y discusión, le cuesta más trabajo tener distribución.
El streaming, valoró, les de oportunidad de alcanzar a más espectadores.
