lunes, septiembre 23, 2024

La boda del Huitlacoche

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Como deseos para 2023,hay que pedir que las recientes festividades, por decir la celebración del 88o aniversario de municipalización de Delicias, las lucidas navidades cuyas luces aún nos deslumbran,y la reciente rosca de reyes con o sin monito,al pasar los años se transformen en gratos recuerdos, en evocativas efemérides, en deseos vivos de que el tiempo venidero las replique, que nunca se borren de nuestras memorias, que siempre estén ahí recordándonos lo que fue y lo que quisimos que hubiera sido.

Que como nuestros padres y abuelos, que como aquel tío memorioso, como la tía aquella que vivió embelesada besando al novio que nunca tuvo, mañana y pasado mañana los hijos y los nietos de las generaciones por venir, atesoren lo que hoy nosotros vivimos en tiempo real.

Seguramente cuando el peregrino de pantalón arrugado  y ojos cansados se bajó del tren obedeciendo la señal de alto en la remota Estación de Bandera Las Delicias,casi invisible en el semi desierto sur de Chihuahua, fue el primer deliciense en sentirse en casa, igual que el jinete exhausto y asoleado que al desensillar su caballo estragado, amarrándolo en el delgado tallo del gatuño que vio más a la mano, experimentó también la bienvenida de  aquella población naciente, polvosa y solitaria.

El viajero y el cabalgante, los caminantes y los cientos que llegaban traqueteando en carros de  mulas reparonas y bueyes cansinos o en lujosas y aerodinámicas unidades motoras como la de la foto, o de plano a pie, descalzos y agrietados, hambreados y sedientos, los emocionaba y asustaba lo mismo: la incierta y arriesgada aventura de adentrarse en un mundo nuevo, en el que los recibía un perro que  que ya mordido y quería morder más.

Así que cuando escuche en la radio o lea en las redes que habrá esto o aquello relacionado con nuestra historia, con o sin invitación usted apróntese puntual. cuando lo inviten o cuando no, cuando sepa que habrá esto o aquello que tenga que ver con nuestra historia,apersónese puntual y forme parte de las efemérides que habrán de escribirse en la lejanía de los  horizontes.

Y si de plano es usted de aquellos que no se apersonan si no le entregan invitación expresa con todo y sello de recibido, haga concha como hace Jorge Segundo Ditrich cuando lo detiene el policía en la puerta del Mutualista: le propina disimulado piquete en el ombligo, entra  confianzudo, se sienta en zona VIP, se empina la primera, escoge bailadora y, si le piden el pase, tan fresco contesta: Pues mire usted, no me invitaron, pero tampoco me dijeron que no viniera, así que sírvame la otra, dígale a los músicos que me dediquen La Boda del Huitlacoche y a menear el esqueleto, que al cabo el de atrás paga.

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