El Campeonato Regional de Beisbol temporada 2021 llevará el nombre de Armando Garcia, popular cronista conocido como El Chapo, quien lleva ya cuatro décadas dedicadas a la crónica deportiva con su singular estilo y su voz potente y ronca.
El maestro de la crónica beisbolera Chapo García junto con el popular cronista deportivo de Televisa, Antonio de Valdez
Armando Garcia tiene cuatro décadas dentro de la crónica del beisbol y ocupa un lugar en el Salon de la Fama de Deporte deliciense, además de ser uno de los 50 personajes que aparecen en el libro Delicias, Vida Deportiva del escritor y periodista Carlos Gallegos Pérez.
Para darnos una idea de quién es el Chapo García, aquí reproducimos el texto íntegro publicado en el libro del maestro Gallegos Pérez…
El Chapo García
Con más de 30 años ante un micrófono, Armando García Sánchez, famoso con el mote de el Chapo, es uno de los cronistas beisboleros de más experiencia y con mayor audiencia en Delicias y la región.
Sus padres fueron Salomón García Hernández, nativo de Camargo, y Juana Sánchez Villalobos, del mero Batopilas.
Llegaron a Delicias en los años 30’s, asentándose en la calle Cuarta Norte, donde años después estaría la Escuela Bancaria y Mercantil.
El Chapo nació el 27 de agosto de 1948 después de su hermana Margarita y antes de Cristina, Lolo, Salomón, Bertha Alicia, Arnoldo, María Concepción y Yolanda, a quienes el jefe de la casa sostenía con su oficio de carpintero.
Cursó su instrucción primaria en la Melchor Ocampo, a donde llegaba brincando charcos y canales y apedreando sapo toros.
No se acuerda bien cómo le hizo, pues era muy vago, pero seis años después ya era un cumplido alumno de la Escuela Secundaria Leyes de Reforma, y al egresar se fue a la capital del Estado a estudiar Electrónica en la Escuela de Artes y Oficios.
Una vez diplomado viajó al Distrito Federal, empleándose en Phillips Mexicana, en la colonia Industrial Vallejo.
Sólo aguantó dos años, 1967 y 68, años muy revoltosos en aquellos lares, y atendiendo el llamado de la tierra, en 1969 ya estaba trabajando en el taller de radio y televisión de Ávila y Cano. Tiempo después dio las gracias para montar su propio negocio en avenida Octava y calle Segunda Poniente, contra esquina de El Parralito.
Hoy jubilado y pensionado por el Instituto Mexicano del Seguro Social y padre de Ricardo Armando, Víctor Hugo, Diana Elizabeth y Nereida Ibeth, evoca sus inicios y andares en la crónica deportiva, iniciados en el lejano año de 1981, cuando Manuel Gallegos Castillo, comentarista deportivo de la estación radiofónica XEBN lo invitó a que le echara la ayudada en la transmisión de un juego entre Delicias y Chihuahua, correspondiente al Campeonato Estatal de ese año.
La invitación no fue al azar, pues ya hacía tiempo que trabajaba dirigiendo el sonido local del Parque Municipal de Beisbol Francisco Viejo Orta, tarea que cumplía los fines de semana, ya que de lunes a viernes se ganaba la vida como empleado de mantenimiento del Seguro Social.
De familia beisbolera, hermano de Lolo, Salomón y Arnoldo, peloteros de garra y de talento, él también había jugado en diversos equipos, ocupando principalmente la loma de los disparos y los jardines.
Entre otros, alineó en Bancomer, lonchería La Poblanita, donde aún se da sus buenas retacadas, Casa Amaya y Unión de Locatarios del Mercado Juárez. Esto en Delicias, pues en la ciudad de Chihuahua también sudó el uniforme de Botica Central y en el Distrito Federal el de Phillips de México, en la Liga Empresarial, y el de Chileros de Atzcapotzalco, semillero de la Liga Metropolitana.
Al tiempo que jugaba hacía sus pininos como mánager, dirigiendo novenas como Los Taurus, Mueblería Edna, Seguro Social, Almacenes MAS, Almacenes ABC y Club Carioca.
Con el equipo Taurus no la llevó fácil, ya que sus componentes eran raza brava que sábado a sábado, ganando o perdiendo, recalaban al centro Taurino, antro del cual derivó su nombre, donde hacían y deshacían ante la complacencia de don Chayo Hernández, su paciente dueño.
Es aquí donde quiero reclamarle algo al tal Chapo.
La base titular de los Taurus eran peloteros tan buenos como Javier Hernández, Churumbel Loya, Pancho Dena, Pepe Calderón, Lolo, Salomón y Arnoldo García, Chuchi Sánchez, Miguel González, Tata Baeza y otros no tan buenos como Timo Antillón, Jesús José Estebané, Arnoldo García Aguirre, Bony Olivas Porras y un servidor.
Yo participé muy poco, muy poco. Mataba el tiempo cachándome con el resto de la banca o correteando las pelotas que se iban de foul a un lado de las rayas de cal que delimitaban los campos de juego, generalmente ubicados en las afueras de la población.
Muchos años después de aquellas frustradas semanales, pues siempre me presentaba listo para alinear y hasta con los spikes boleados y nunca entraba, le pregunté al Chapo que por qué nunca me había dado juego.
Rascándose su poblada y gruesa cabellera antes negra brillante, hoy casi blanca, me dijo fingiendo pena – ¿Y cómo te iba a meter, mi Carlos – si siempre andabas con botas y a veces hasta con pistola?
– Ah – le contesté – sólo que haya sido por eso.
Del beis dio el brinco hacia el softbol, donde jugó y dirigió al mismo tiempo a equipos como el Seguro Social, en la Liga Municipal de Veteranos, y a la Selección Delicias de Veteranos en campeonatos estatales jugados en Parral, Santa Bárbara, Chihuahua, Delicias y Ojinaga.
Cuando recibió la invitación de Gallegos Castillo, conocía muy bien la jerga, los secretos, las reglas y el ambiente en torno al Rey de los Deportes, como algún día bautizara al beisbol el super sabio Albert Einstein.
Pero una cosa era el conocimiento que le habían dejado sus años de pelotero activo y de entrenador, así como las mañanas y tardes en que anunciaba alineaciones, órdenes al bate y cambios de bateadores en el parque de beisbol, y otra muy diferente tomar el micrófono y narrar un juego, momento clave en el que pocos se libran de los nervios.
Animado por Gallegos, quien alabó su vozarrón ronco, hizo el viaje a la capital del Estado, donde debutó en la narrativa, oficio del que no se ha separado, cumpliendo más de 30 años en el Grupo Radio Divertida.
Después de aquella primera incursión ante el micrófono, Víctor Manuel Romero, del grupo Acir, le empezó a solicitar que lo apoyara en sus transmisiones, jornadas en las que fue haciendo callo y formándose un estilo propio a la hora de relatar las jugadas y las peripecias propias de un partido.
En 1983, ya con menos miedo a la hora de las emisiones, Mario Castillo Hernández, del grupo GRD, le hizo un espacio en la programación de la XEHM, donde la práctica diaria y los partidos transmitidos cada fin de semana lo cimentaron como un cronista hecho y derecho.
Al paso de los años fue consolidando su carrera, que actualmente abarca 29 campeonatos estatales e igual número de regionales, así como varios nacionales, a partir de que en 1999 narró el primero de ellos, celebrado en Monterrey, Nuevo León, donde la corona fue para los locales.
Entre sus gratos recuerdos guarda la crónica de aquel inolvidable encuentro del 12 de agosto de 1964 entre Recursos Hidráulicos de Chihuahua y Mineros de Parral, en el que Francisco Arturo González, la Caballa, ponchó a 12 bateadores seguidos, estableciendo un récord que perdura.
Tampoco olvida el Campeonato Estatal de 1992, cuando la empresa radiofónica Grupo ACIR compró la exclusividad de la transmisión, dejando fuera a Radio Divertida, donde trabajaba.
Hombre imaginativo, urdió la manera de salir del paso, y junto con Mario Castillo fue a visitar al profesor Gilberto Núñez, Administrador de la Clínica del Seguro Social, solicitándole que los dejara radiar desde la parte alta del inmueble, a cielo abierto, ya que desde ahí se veía perfectamente el campo de juego del Viejo Orta.
El profe accedió gustoso, pero una vez arriba se dieron cuenta de que ni con binoculares podrían llevar a cabo su plan, pues la distancia era mucha.
Sin darse por vencidos fueron con el doctor Jorge Aldana, Administrador del Hospital Regional, quien no sólo les permitió instalarse en la azotea del nosocomio, sino que les prestó líneas telefónicas.
Así empezaron a transmitir cuando Los Algodoneros jugaban de locales. La técnica empleada era la siguiente: nuestro amigo enfocaba sus miralejos y le pasaba la jugada a Mario, quien la hacía llegar a la atenta afición, que se imaginaba todo menos que estuvieran llevándole las emociones desde la endeble posición de una terraza. Cuando al Chapo se le cansaban las manos y los ojos le pasaba el binocular a Mario y él entraba al quite en la crónica.
No faltó quien le fuera con la noticia al comerciante y ultra fanático beisbolero Gilberto Baca Jurado, quien una tarde de juego se presentó en el Regional llevándoles una carpa de hule, que a la vez que los cubría del sol les servía de cabina.
Poco a poco la especie se fue extendiendo, hasta que la azotea del Regional se llenó de aficionados, que asombrados veían a los heróicos cronistas llevar a cabo una tarea que para otros menos ingeniosos hubiera resultado imposible.
Pero la cosa no paró ahí. En cuanto empezaban sus épicos relatos, daba inicio una sinfonía de claxonazos organizada por automovilistas que pasaban enfrente del Hospital, que de esa manera les manifestaban su simpatía y admiración por su atrevimiento al romper el cerco informativo que los obligaba a trabajar en aquellas peligrosas alturas.
El asunto llegó a oídos de Mike Orpinel, de la XEJS de Parral, quien durante un juego entre Algodoneros y Mineros que se fue a 18 entradas, los enlazó con su estación, transmitiendo un inning hasta la lejana Capital del Mundo.
Su largo historial, su amor natural hacia un deporte que le ha dado rumbo a su vida, lo ha hecho alcanzar diversos reconocimientos, mismos que ha aceptado con modestia y hasta con algo de vergüenza.
Memorioso y metido en lo suyo, recuerda que de 1980 a 1993 fue Presidente de la Liga Comercial de Beisbol y Softbol, de 1993 a 1995 Secretario de la Asociación Estatal de Softbol, con José Luis García Mayagoitia como Presidente, de 1996 a 2003, Vicepresidente de la Asociación Estatal de Softbol, llevando al juarense Antonio Carrillo Blancas en la presidencia, y de 2004 a 2008, Presidente de la Asociación Estatal de Softbol, con Jorge Castillo Rodríguez en la secretaría y Pepe Abundis Ortíz de tesorero.
En 2004 convenció al Alcalde Memo Márquez para que se trajera a Delicias el Campeonato Nacional de Softbol de Veteranos, pero como el día de la inauguración estaba lloviendo, la ceremonia se llevó a cabo en el seguro refugio del Gimnasio Municipal, pasando a los récords como el único torneo softbolero iniciado bajo techo y sobre duela.
Es así que 35 años después de transmitir su primer partido, el Chapo García continúa en su oficio, donde por etapas lo han acompañado el doctor Donato Hermosillo Sánchez, Diego Hermosillo Santillanes y Francisco Javier Guerrero.
Y le piensa seguir mientras el ánimo le dure y en La Poblanita sigan deleitándolo con sus manjares, que ciertamente le han hecho aumentar algunos kilos, pero sin disminuirle los decibeles a su sonora voz.
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