El futbol mexicano vive un momento de transformación. Desde que comenzó a verse como una industria y no solo como un deporte local, nuevos inversionistas han puesto sus ojos en la Liga MX.
Uno de los primeros movimientos fue el de Marc Spiegel, un empresario estadounidense que analizó finanzas de 20 países antes de decidir comprar al Querétaro. Su elección no fue por cariño, sino por números. Ahora, el club Atlas podría ser el siguiente en pasar a manos extranjeras.
En las últimas semanas, versiones de mercado señalan que un fondo soberano de Bahrein, dueño de la escudería McLaren, estaría interesado en invertir en el Atlas. Aunque no hay nada confirmado, el tema ya abrió debate sobre el futuro económico de la liga.
La realidad es que la Liga MX se ha vuelto atractiva por varias razones: afición constante, buenos contratos de televisión, marcas con historia y millones de seguidores en Estados Unidos.
Sin embargo, también enfrenta problemas conocidos: violencia en estadios, casos de manipulación de partidos y demandas derivadas de decisiones administrativas.
A esto se suma el fin de la multipropiedad, práctica permitida por años y que ahora tiene fecha límite: 2027. Los dueños con más de un equipo deben vender, dividir activos o buscar nuevos socios. Esto abre la puerta a capital extranjero que antes no mostraba interés.
Si la venta del Atlas se concreta, sería otra señal de que el futbol mexicano está cambiando de forma acelerada y que el mercado internacional ya lo ve como un negocio serio.
