La berenjena es mucho más que un ingrediente común en la cocina. Además de ser versátil y fácil de preparar, este vegetal aporta importantes beneficios a la salud, particularmente en el cuidado del corazón y el control del colesterol.
De acuerdo con diversos estudios, su consumo regular puede ayudar a disminuir los niveles de colesterol LDL, conocido como colesterol “malo”. Esto se debe a su riqueza en fibra y antioxidantes, como el ácido clorogénico, que tienen un efecto protector en el organismo.
Entre sus principales propiedades, destaca que es baja en calorías y no contiene colesterol, lo que la convierte en una excelente opción dentro de una dieta equilibrada. Su piel es especialmente valiosa, ya que concentra antocianinas, pigmentos con poder antioxidante que ayudan a proteger el sistema cardiovascular al reducir la oxidación de lípidos.
Además, la berenjena aporta minerales como potasio y manganeso, así como vitaminas del grupo B, que complementan su perfil nutricional y contribuyen al buen funcionamiento del organismo.
Cómo aprovecharla mejor
Para obtener el máximo de sus beneficios, se recomienda consumirla asada, al horno o hervida, de manera que conserve la mayor parte de sus antioxidantes, en especial los presentes en la piel.
Otra alternativa es preparar agua de berenjena o incluirla en recetas sencillas y ligeras, ya que estas preparaciones facilitan la absorción de sus compuestos saludables.
No obstante, los especialistas subrayan que la berenjena debe formar parte de una dieta variada y balanceada, acompañada de ejercicio regular y un consumo moderado de grasas saturadas, para potenciar sus efectos positivos en la salud.
