La torta ahogada es uno de los principales platillos de la gastronomía mexicana y tiene su origen en Guadalajara, Jalisco. Las personas aman comer este platillo por sus ricos ingredientes pero, ¿qué tan saludable es comerla?
Las tortas ahogadas constan en un bolillo o pan salado relleno de carnes como cerdo deshebrado y chorizo con frijoles. A veces puede incluir otras cosas como pollo o queso.
El nombre se debe a que la torta es sumergida o “ahogada” en una salsa, que puede ser salsa de jitomate o de chiles, generalmente chile de árbol, el cuál le aporta su sabor picante tradicional.
Las calorías de una torta ahogada pueden variar dependiendo de su tamaño, los ingredientes y su preparación. Sin embargo, de manera aproximada, una torta ahogada tradicional puede contener entre 450 y 700 calorías.
El impacto de la torta ahogada en la salud depende de su preparación, contenido y frecuencia de consumo. Aunque es un plato típico y sabroso, puede tener ciertos aspectos negativos si se consume en exceso.
Por sus ingredientes, la torta ahogada contiene:
Exceso de calorías – dependiendo de los ingredientes, como el pan, carne de cerdo y las salsas, una torta ahogada puede ser calórica y poco adecuada para quienes buscan no subir de peso
Grasas saturadas – la carne de cerdo o el chorizo, frecuentes en las tortas ahogadas, pueden contener niveles elevados de grasas saturadas, que en exceso contribuyen a enfermedades cardiovasculares
Exceso de sodio – tanto el pan como las salsas suelen tener una gran cantidad de sodio (sal), cuyo consumo excesivo puede aumentar la presión arterial
Exceso de picante – la salsa de chile puede irritar el estómago y el sistema digestivo, especialmente en personas sensibles o con problemas gastrointestinales
Algunas recomendaciones para comer una torta ahogada sin culpa son:
Comerla de manera moderada
Usa pan integral o bajo en sodio
Usa de relleno pollo o frijoles en lugar de carne de cerdo
Usa salsas menos picantes y con menos sal
Ponle más vegetales para equilibrar la comida
