Cd. Delicias, Chih. – Uriel, un joven de apenas 25 años, vive un calvario desde hace más de tres meses. Un problema en su mano derecha —su mano hábil, la que usa para escribir, trabajar y estudiar— lo mantiene en la incertidumbre. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no ha podido darle un diagnóstico ni un tratamiento, pese a que ha tocado todas las puertas posibles.
Estudiante de ingeniería en el Tecnológico de Delicias y a solo dos años de concluir su carrera, relata con impotencia cómo este padecimiento lo ha frenado en lo más importante de su vida: sus estudios y su futuro. “No puedo escribir… tengo miedo de que esto avance y de perder mi mano”, dijo con la voz entrecortada.
Uriel asegura que ya habló con directores, subdirectores y encargados de área, e incluso viajó hasta Chihuahua buscando respuestas, pero solo lo han traído de un lugar a otro sin ofrecerle una solución. “Se echan la bolita, nadie me dice nada”, lamentó.
Lo más doloroso, cuenta, ha sido encontrarse con actitudes prepotentes y falta de empatía por parte de quienes deberían brindarle apoyo. Asegura que no pide favores, sino lo que por derecho le corresponde: atención médica oportuna y un diagnóstico claro.
Con lágrimas en los ojos, pide ser escuchado. Su mayor deseo es recuperar la salud de su mano y no ver truncado el sueño de convertirse en ingeniero.
