domingo, diciembre 29, 2024

RELATA ÉDGAR VIVAR CONFESIÓN SOBRE EL TRISTE FINAL DEL CHAVO DEL 8

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La serie de televisión ‘El Chavo del 8’ es, probablemente, el programa de comedia más importante de la televisión mexicana.

El ‘Chavo’ inició como un sketch y de 1973 a 1980 tuvo su propio programa. Más tarde se integró como parte de ‘Chespirito’ y así continuó hasta 1992 en que terminó sus transmisiones debido a que su creador Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’ se negó a la decisión de la empresa de cambiar el día de transmisión a los fines de semana.

Pero cuando terminó definitivamente el programa, el actor Édgar Vivar, quien interpretaba al ‘Señor Barriga’ y al niño ‘Ñoño’, no recibió ni las gracias de parte de Televisa.

«Ni muchas gracias. Yo me vine a enterar por el periódico, te lo juro. A mí no me avisaron», contó en entrevista con Darío Ripoll para su canal de Youtube ‘Acapulco en la azotea’.

Después de leer la noticia llamó a Gómez Bolaños y le preguntó qué había sucedido. Entonces, el productor le explicó que Televisa tenía el proyecto de transformar el Canal de las Estrellas en el Canal de las Telenovelas.

«No funcionó y pronto regresaron al formato que conocemos todavía, pero fue el Canal de las Telenovelas», recordó.

De toda la programación que existía entonces en el canal -explicó Vivar-, Televisa sólo quería rescatar ‘El Chavo del 8’ y ‘Mujer, casos de la vida real’, que conducía Silvia Pinal.

Pero Gómez Bolaños no lo permitió y prefirió poner fin al proyecto que, en su mejor momento, era visto cada semana por más de 350 millones de personas en gran parte del continente americano.

«Roberto me dijo algo que en mí pesó mucho: ‘necesitamos vacaciones’ y yo le dije ‘tienes toda la razón'».

El período de depresión

Después de un período de descanso, Vivar intentó retomar su carrera como actor, pero se topó con una realidad complicada: después de tantos años interpretando al ‘Señor Barriga’, a ‘Ñoño’ y al ‘Botijas’, era muy difícil deshacerse de esos personajes en el imaginario de los televidentes.

«En un principio -reconoce- sí me deprimí, pero me duró como unos tres meses y dije ‘no se acaba esto’. Entonces agarré mis cositas y me fui a España, me fui a Argentina y produje cosas allá, produje una serie con Adriana Barraza (…) eso me dio nuevos bríos».

En Bolivia, Argentina y otros países donde ‘El Chavo del 8’ era muy conocido siguió actuando con los personajes que lo hicieron famoso en comedias y circos.

«Tienes que inventarte y reinventarte, y esto de da nuevos bríos, y sobre todo te hace ver qué tan capaz puede ser (…) ahora lo veo a distancia y qué bueno que pase».

En las últimas décadas, después de superar algunos problemas físicos que pusieron en riesgo su vida y de bajar varias decenas de kilos, Vivar ha retomado con fuerza su carrera en la actuación con proyectos en distintos países.

Por ejemplo, fue la voz del chef Auguste Gusteau en ‘Ratatouille’ y ‘Dug’ en ‘Up: una aventura de altura’; en la película ‘El orfanato’ de Juan Antonio Bayona, fue un parapsicólogo bastante singular; y también tuvo una aparición en la película estadounidense ‘Bandidas’ junto a Penélope Cruz y Salma Hayek.

Pero para él, los años con ‘El Chavo’ y ‘Chespirito’ son un tesoro que siempre guardará en su corazón.

«Puedo caminar desde el Río Bravo -dijo a Omar Chaparro hace un tiempo- ¡No! Yo creo que desde Alaska hasta la Tierra de Fuego, y tengo amigos que no me han sido presentados».

Pese a que le quedó una espinita clavada con Televisa, Édgar Vivar siempre agradeció a ‘Chespirito’ la oportunidad de ser parte de sus programas.

«Roberto era un ser excepcional en muchos sentidos. Él nunca buscó la fama, y yo siempre he dicho que la fama debe ser consecuencia de tu trabajo, no tu finalidad».

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