sábado, diciembre 28, 2024

Cae reputación mundial del aguacate mexicano; debido al costo ambiental del cultivo y al crimen organizado

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Debido al costo ambiental que representa el cultivo del llamado oro verde, vinculado incluso al crimen organizado, chefs de todo el mundo dejaron de usarlo en sus menús

La estrella indiscutible del Super Bowl, que se consume como guacamole en más de la mitad de los hogares de Estados Unidos, dejó de ser identificado en algunas partes del mundo como el “oro verde” de México para convertirse en el “diamante de sangre”.

Lo anterior debido al interés que despierta como negocio entre los cárteles de la droga y su mala reputación por ser un cultivo intensivo que arrasa con bosques, compite por el agua y atenta contra la biodiversidad.

En 15 años, el vertiginoso aumento de la producción de aguacate pasó en Michoacán de 200 mil toneladas en 2005 a un millón 145 mil toneladas en 2020, lo que representa un incremento de 572 por ciento.

La superficie sembrada que al principio abarcaba cuatro municipios del estado, ahora tiene presencia en 43 de los 113 municipios michoacanos, con un crecimiento indiscutible de la frontera agrícola sobre terrenos con vocación forestal.

Los 61 huertos aguacateros que existían en un inicio se convirtieron en más de 44 mil y los cultivos se expandieron de mil 499 hectáreas a 142 mil hectáreas.

En contraste, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), reveló en respuesta a una solicitud de acceso a la información pública, que en más de dos décadas, de 2000 a 2021, “no se ha otorgado ninguna autorización de cambio de uso de suelo para establecimiento de huertas de aguacate en Michoacán”.

La fiebre del oro verde no se limita a territorio purépecha, ya que en los últimos 10 años, las plantaciones de aguacate incrementaron 511 por ciento en el Estado de México y más de mil por ciento en Jalisco.

De acuerdo al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el aguacate se siembra en 23 de las 32 entidades federativas del país.

Lucía Madrid, maestra en Política Ambiental e integrante del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, subrayó que el aguacate es ya un problema, al ser un cultivo industrial muy rentable, lo que representa una seria amenaza para las zonas rurales.

Explicó que este es uno de los factores detonantes junto con la ganadería, de la deforestación de los bosques de México, que al año alcanza un ritmo de entre 250 mil y 300 mil hectáreas.

El año pasado, con todo y pandemia de Covid-19, las exportaciones del aguacate mexicano ascendieron a tres mil 23 millones de dólares, lo que confirma que la también llamada “mantequilla de Dios”, por su alto valor nutricional, es piedra angular de la balanza comercial agropecuaria.

De acuerdo con datos abiertos de la Secretaría de Economía (SE), Michoacán fue la entidad federativa con mayores ventas internacionales de aguacate fresco o seco en 2020, al sumar dos mil 726 millones de dólares.

En segundo lugar se encuentra Jalisco con 237 millones de dólares; en tercer sitio, Sinaloa con 11.6 millones de dólares; en cuarto lugar, Nuevo León con 9.37 millones de dólares y en quinto lugar, la Ciudad de México con 48.45 millones de dólares.

Los principales destinos comerciales para las exportaciones de aguacate mexicano son Estados Unidos, seguido por Canadá, Japón, España y Países Bajos.

Diciembre y enero, son los meses de mayor demanda del aguacate mexicano en EU, ya que el guacamole con totopos es la botana por excelencia del Super Bowl.

Las dos semanas anteriores al campeonato de la NFL, se envían a territorio estadounidense alrededor de 74 mil toneladas de aguacate procedente de nuestro país.

Son tan redituables las ventas, que los aguacateros mexicanos pagan año con año alrededor de 10 millones de dólares por un comercial de televisión de un minuto de duración en el medio tiempo del Súper Domingo.

El gran negocio del aguacate no pasa desapercibido para los grupos de la delincuencia organizada en estados con altos índices de violencia como Michoacán y Jalisco, donde es común que hombres armados se apoderen de huertos o arrasen con bosques para instalar sus propias plantaciones.

El pico de la inseguridad se dio hace años con la disputa entre La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, que con el cobro de derecho de piso y extorsiones, querían quedarse con parte de las ganancias que deja el aguacate en la región.

Aunque en la actualidad la situación no ha cambiado mucho con la invasión de tierras, secuestros y asesinatos, por parte de Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Lucía Madrid, también exjefa del Departamento de Investigación en Política Ambiental del Instituto Nacional de Ecología, advirtió que las comunidades dueñas de los ejidos están perdiendo el control de sus territorios ante la amenaza de los grupos criminales.

Detalló que esta situación deja muy pocas posibilidades de quedarse a los pobladores para proteger su tierra, cuidar sus recursos naturales y generar opciones productivas dignas, autónomas y sustentables.

Para los ojos del mundo, estos hechos son alarmantes, al grado que el chef irlandés con estrella Michelin desde 2012, JP McMahon, promueve una especie de boicot contra el aguacate mexicano al que llama el “diamante de sangre”.

En un mensaje compartido con Excélsior, el dueño del restaurante boutique Aniar, ubicado en Galway, en la costa oeste de Irlanda, lamentó que la gran demanda del aguacate mexicano a nivel mundial y su alto valor económico, provoque que los agricultores tengan que armarse para proteger sus cosechas frente a los cárteles de la droga.

Supongo que la mayor parte de occidente ignora esto, porque todavía consumen aguacate, que es probablemente uno de los alimentos más importantes en diferentes ciudades como Londres y Nueva York”, comentó.

McMahon señaló que desde hace varios años tomó la decisión consciente de dejar de utilizar el aguacate mexicano en sus menús y exhortó a los restaurantes de Europa a hacer lo mismo, ya que su producción industrial no sólo genera violencia en México sino que ocasiona sequía y problemas de disponibilidad del agua.

Con el boom del aguacate, la demanda hídrica también se elevó, y prueba de ello es que, según Conagua, tan sólo 14 municipios de Michoacán cuentan con 989 autorizaciones para la explotación de pozos de agua, sin límite de extracción o consumo, con el fin de que puedan sacar adelante su lucrativa actividad.

Estudios realizados por el profesor-investigador, Alberto Gómez-Tagle de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, advierten que una hectárea de aguacate con 156 árboles consume 1.6 veces más agua que un bosque de pino con 677 árboles por hectárea.

Además de que hay menos recarga de los mantos acuíferos, debido a que las raíces de los árboles de aguacate son horizontales, y cuando se riegan, la infiltración al subsuelo es 14 veces menor en comparación con los pinos.

Manuel Ochoa Ayala, académico mexicano de la Universidad de California en Berkeley estima que diariamente se utilizan nueve mil 500 millones de litros de agua para producir aguacates – el equivalente a tres mil 800 albercas olímpicas -, lo que exige una extracción masiva de agua del subsuelo de Michoacán.

La firma de consultores ambientales Carbon Footprint Ltd calcula que un paquete con dos aguacates genera una huella de carbono de 846.36 gramos de CO2, casi el doble que un kilogramo de plátano (480 gramos de CO2) y el triple de una taza de café capuchino con leche entera de vaca (235 gramos de CO2).

Cuestionado al respecto, el doctor Tim Lang, profesor emérito de Política Alimentaria de la Universidad de Londres, consideró que el consumo del aguacate mexicano se volvió una moda para los países ricos de occidente, que hasta hace poco ponían poca atención a los aspectos negativos de los cultivos intensivos.

Ahora hay más conciencia y más preocupación por los impactos ambientales sobre el suelo, el agua, la biodiversidad y el uso de la tierra. Desde hace muchos años sostengo que debe haber transparencia sobre el impacto oculto de los alimentos”, explicó a este diario.

Se estima que la industria del aguacate emite cantidades importantes de gases de efecto invernadero a lo largo de su cadena de suministro, ya que utiliza combustibles fósiles para transportar la cosecha a los países compradores.

Además de que tiene un gran gasto de energía eléctrica y fertilizantes, así como una elevada generación de residuos, ya que se fabrican empaques, muchas veces de plástico, para que el aguacate se mantenga en óptimas condiciones.

Pienso que debe haber transparencia sobre el impacto de los alimentos; los consumidores de Europa tienen derecho a saber los costos implícitos de los alimentos en el uso del agua, la pérdida de biodiversidad y las emisiones de CO2”, manifestó Tim Lang.

Agregó que la comida a larga distancia puede tener cargas ocultas, “y en un mundo globalizado eventualmente podemos descubrir qué está sucediendo en el lugar de donde provienen los alimentos y esto está pasando ahora con el aguacate”.

Hace relativamente poco, en la popular red social TikTok surgió una tendencia que lleva 5.7 billones de visualizaciones con el nombre de “noavocado” (sinaguacate), que consiste en publicar videos con recetas de guacamole que no utilicen el producto mexicano.

De acuerdo al diario británico The Guardian, en Canadá, el chef mexicano Aldo Camarena, lanzó una alternativa al guacamole que se prepara con calabacín y pasta de semillas de calabaza, mientras que en Londres, el también chef mexicano Santiago Lastra, creó una opción con pistaches y grosella fermentada.

Durante 2020 y principios de 2021, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), instauró 25 procedimientos administrativos en Michoacán y Jalisco por el desmonte de 400 hectáreas de bosque de pino y encino para sembrar aguacate.

A través de la Plataforma de Transparencia, precisó que hasta el momento sólo dos de los 25 expedientes fueron resueltos, uno que se decidió archivar en Jalisco, sin dar mayores explicaciones y otro en Michoacán, en el que ordenó la remediación del predio de cinco hectáreas, el retiro de la planta de aguacate y el pago de una multa de 199 mil pesos.

De 2000 a 2020, las delegaciones de la Profepa en Michoacán y Jalisco inspeccionaron 508 predios, donde detectaron cambios de uso de suelo no autorizados de terreno forestal a huertos de aguacate en 15 mil 671 hectáreas y mil 745.6 hectáreas, respectivamente.

Según la Profepa, las entidades con mayor número de infracciones en materia forestal por la siembra de árboles de aguacate son: Michoacán (46 por ciento), Durango (25 por ciento), Morelos (10 por ciento), Estado de México (10 por ciento) y Puebla (5 por ciento).

Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR), dio a conocer que no encontró en sus archivos ninguna carpeta de investigación o averiguación previa por el desmonte de bosque específicamente para la siembra de aguacate.

Para la realización de este reportaje, se solicitó a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), que emitiera un posicionamiento sobre la mala reputación que tiene el aguacate mexicano en algunas partes del mundo y el boicot que promueven chefs de reconocido prestigio, lo que pudiera afectar eventualmente al producto estrella del sector, pero la dependencia federal rechazó hacer comentarios.

En tanto, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), descartó abrir la información geoespacial con la que cuenta sobre el avance de la frontera agrícola del aguacate en terrenos con vocación forestal, argumentando que estos datos son un tema de seguridad nacional.

Por su parte, la Comisión Nacional Forestal (Conafor), no respondió hasta el cierre de esta edición a la petición de una entrevista para conocer los índices de deforestación en los principales estados productores de aguacate y el número de incendios provocados para obligar al cambio de uso de suelo en terrenos forestales.

De igual forma, la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM), no dio respuesta a la solicitud de una entrevista, tras señalar que los directivos se encontraban en Estados Unidos negociando el comercial de televisión para el próximo Super Bowl.

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