Debido a su cruel asesinato y porque no se ha atrapado a su asesino, circula en las redes una exigencia de justicia para Salma Yahaira Montes Soto, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y del paro nacional en la que las mujeres alzaron la voz y protestaron por un alto a la violencia de género y, sobre todo, para que su feminicidio no quede impune.
Este es el texto íntegro que se publica en las redes sociales, escrito en primera persona como si lo escribiera la propia Salma:
Hola a todos, soy Salma Yahaira Montes Soto, nací en 1996, vivía en Delicias, Chihuahua, México. Tenía 22 años, era estudiante de Derecho en la Centro de Estudios Universitarios del Norte, cuando fui brutalmente asesinada a inicios del mes de junio del 2019.
Fui acompañada de una amiga al centro de la ciudad para verme con mi expareja: Kevin Gualberto, y arreglar nuestra relación, el 31 de mayo del mismo año, y fue la última vez que me vieron con vida. No logré regresar a casa. Mi familia, desesperada, emitieron la alerta de desaparición y comenzaron a buscarme con angustia, sin embargo, yo para ese entonces ya había fallecido. Días después, el 7 de junio, mi cuerpo fue localizado en la orilla de un canal de riego, atrás del rastro municipal de Delicias. Delicias: el lugar que me vio nacer, y que también me vio morir.
Mi cuerpo, como el de Ingrid Escamilla, fue hallado con horribles rastros de violencia, con una brutalidad que causa escalofríos: fui desollada, descarnada, me quitaron las costillas, las manos y me cortaron el cabello. Sufrí todo esto antes de ser arrojada al lugar ya mencionado, Los peritos informaron que el día de mi muerte fue el 1 de junio, varios testigos confirmaron que estuve en su compañía de mi ex pareja antes de morir. Sin embargo, no lograron identificarme sino hasta después de varias semanas.
El 10 de junio detuvieron a mi ex novio, Kevin Gualberto P. H., por los cargos de desaparición forzada; él me golpeaba, era agresivo, me maltrataba fisicamente, e incluso, en el pasado mes de abril, tuvieron que intervenir y protegerme de sus golpes. Él es el presunto culpable de mi feminicidio, ¿y saben una cosa? Esta libre; y lamentablemente mi cuerpo fue identificado tiempo después, cuando él ya habíaquedado absuelto de los cargos. El juez Alejandro Carrasco Borunda lo dejó ir en libertad, dijo que, al haber ido con él por mi cuenta, no hay una privación de libertad. Descartó las pruebas, las tomó como insuficientes para realizar la vinculación con mi desaparición. Sin embargo, Kevin Gualberto se excusó diciendo que dos hombres armados fueron los que me privaron de mi libertad, pero él no realizó ninguna denuncia sobre ese hecho. Esto sí fue tomado en cuenta por el juez, y desechó los otros testimonios que inculpaban al sospechoso. El 14 de junio, tras ser liberado, Kevin Gualberto huyó de la ciudad y desde entonces no se le ha vuelto a ver. Tampoco ha avanzado mi caso.
Yo deseaba ser abogada, tenía una sonrisa encantadora y tenía un futuro lleno de luz en mi camino, el mismo que fue cortado con malicia y saña por mi feminicida.
No tuve justicia, a mi feminicida lo dejaron ir. Sufrí encerrada en una tormentosa relación que culminó con mi muerte. Mi historia no resonó, y si te tomaste el tiempo de leer lo que me ocurrio, te agradezco desde lo más profundo, por que sé que mi historia entonces no quedará enterrada en el olvido.
Fui otra de las tantas que no tuvimos voz y nos apagamos en silencio. A las que el estado no hizo justicia, a las que el estado prefirió guardarlas en una carpeta más.
#8M #Niunamenos