Yoon Suk-yeol, presidente de Corea del Sur, finalmente fue destituido por el Poder Legislativo después de aplicar una extraña ley marcial para suspender derechos políticos, todo con el fin de sacudirse sin éxito un escándalo de corrupción.
Este sábado la Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó con 204 votos a favor, 85 en contra, 3 abstenciones y 8 nulos la moción de censura (impeachment) que destituye al presidente de la República.
En esta ocasión sí prosperó la destitución, pues la oposición que tiene 192 de los 300 diputados consiguieron algunos votos del mismo partido del presidente para superar los 200 necesarios.
Ya habían intentado destituirlo días atrás, pero fracasó la medida porque no tenían los votos del partido del presidente.
De acuerdo con la constitución de Corea del Sur, el primer ministro Han Duck-soo se convertirá en el presidente de manera interina para suplir la baja de Yoon.
Escándalo político.
Hace menos de dos semanas, Yoon Suk Yeol decretó la ley marcial en el país, medida extrema que suspende derechos y garantías, enviando Fuerzas Especiales militares a tomar el Parlamento.
Los diputados pudieron reunirse y en cuestión de horas votaron por derribar la ley marcial. Es una facultad de la Asamblea poder cancelar esta medida extrema.
Afirmó Yoon Suk Yeol que tomó la decisión al acusar por parte de la oposición un “claro comportamiento antiestatal”, en contra de Corea del Sur, supuestamente respaldados por Corea del Norte.
El fondo del asunto es que el presidente afrontaba un escándalo de corrupción después de que su esposa recibió de regalo una bolsa cara, con un costo superior a lo permitido por la ley, lo que se convirtió en una bola de nieve por posibles sobornos al gobierno.
De modo que Corea del Sur mantiene la curiosa tendencia de tener presidentes destituidos que no terminan su mandato por casos de corrupción.
