En la frontera entre Estados Unidos y México, quizás el símbolo más visible del esfuerzo del gobernador Greg Abbott para disuadir a los migrantes de ingresar a Texas sean las boyas gigantes y anaranjadas que flotan en el río Grande (conocido como Bravo del lado mexicano), diseñadas para dificultar el cruce.
Estas boyas también han sido objeto de controversia. La administración Biden las ha impugnado en los tribunales, y un juez de Distrito en un momento respaldó a la administración, afirmando que las boyas podrían representar una “amenaza para la vida humana”.
Sin embargo, correos electrónicos y documentos recientemente publicados muestran que, antes de que la administración Biden se opusiera a las boyas, funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos consideraron en realidad un despliegue amplio de boyas propias durante un aumento de migrantes a finales de 2022. La idea fue finalmente rechazada antes de que Abbott la llevara a cabo por su cuenta.
La consideración detallada de una barrera flotante por parte de funcionarios federales durante el aumento no había sido reportada previamente. Esto sugiere que la próxima administración del presidente electo Donald Trump podría encontrarse en posición de crear su propia barrera con relativa rapidez.
La primera administración Trump comenzó a explorar la idea de una barrera flotante hacia el final de su mandato, probando el mismo tipo de boyas en 2020. La administración parecía avanzar en el proyecto cuando llegó la pandemia del coronavirus, y luego Trump perdió las elecciones. El presidente Joe Biden detuvo la construcción de nuevos muros fronterizos al inicio de su mandato.
Pero la exploración continua de un tipo de barrera flotante por parte de funcionarios fronterizos a mediados del mandato de Biden subrayó el desafío que representaban los altos niveles de cruces no autorizados en la frontera Sur en ese momento, con agentes enfrentando a más de 200 mil migrantes cada mes.
Esto podría ayudar a guiar a la administración entrante sobre cómo crear una red de barreras de boyas a lo largo de la frontera, incluso cuando los encuentros con migrantes han disminuido drásticamente este año, a alrededor de 100 mil por mes.
Desde las elecciones de noviembre, Abbott ya ha estado ampliando la barrera de boyas limitada del estado, a pesar de un desafío legal en curso por parte de la administración Biden.
Los planes de boyas discutidos por funcionarios federales en 2022 formaban parte de una práctica de investigación de posibles operaciones y no reflejaban ningún cambio de política, según una persona familiarizada con las discusiones. Finalmente, no fueron aprobados por la dirección de la agencia, dijo esta persona, que solicitó anonimato para describir las deliberaciones internas. No se dio ninguna razón para la decisión de no continuar.
Un portavoz de CBP declinó hacer comentarios.
Después de que la administración Biden decidió no usar las boyas, Abbott retomó la idea y desplegó una barrera de 300 metros (1,000 pies) en el verano de 2023 en la ciudad fronteriza de Eagle Pass, en un tramo del río que era un punto crítico de cruces ilegales.
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El Gobierno federal presentó rápidamente una demanda, argumentando que la barrera flotante –grandes bolas anaranjadas unidas para formar una cadena difícil de cruzar– violaba una ley federal que regula las aguas navegables.
Un tribunal de Distrito en Austin, Texas, falló a favor de la administración Biden, otorgando una orden para retirar las barreras y determinando que podrían representar una “amenaza para la vida humana”. Texas apeló, argumentando, en parte, que la ley no se aplicaba en el caso del río Grande y que las barreras evitarían ahogamientos al desalentar cruces peligrosos.
Al disuadir los cruces, las boyas también fueron presentadas por funcionarios estatales como una especie de medida de seguridad.
La Corte de Apelaciones del Quinto Circuito falló a favor de Texas, permitiendo que las barreras permanecieran en su lugar mientras el caso continúa en el tribunal de primera instancia.
Pero meses antes de que se presentara el caso, funcionarios de CBP se reunieron con un par de empresas contratistas en la ciudad fronteriza de Del Río, Texas, para “discutir el despliegue de barreras de boyas de seguridad”, según un memorando interno de septiembre de 2022 recientemente publicado.
El memorando enfatizó que las barreras buscarían reducir los ahogamientos y muertes de migrantes en aguas peligrosas. “El objetivo es minimizar la muerte/lesiones de migrantes que cruzan y de los agentes de la Patrulla Fronteriza que responden”, decía el memorando.
Otro documento, publicado con importantes redacciones, describía cómo la agencia había identificado la necesidad de una “barrera de boyas o una capacidad similar para los entornos fronterizos marítimos en seis sectores de la frontera Suroeste”, desde Texas hasta California. Las ubicaciones y longitudes precisas de las barreras consideradas fueron redactadas.
En un momento, los documentos muestran que los funcionarios también redactaron otro memorando que iba a ser enviado por Chris Magnus, comisionado de CBP, a Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Nacional, titulado: “Solicitud para ejecutar el proyecto de barrera de boyas de seguridad en ubicaciones prioritarias a lo largo de la frontera Suroeste”.
El memorando nunca fue enviado formalmente, según la persona familiarizada con las deliberaciones, y su contenido fue redactado en la publicación de documentos.
“Las barreras marinas flotantes desplegadas por Texas fueron diseñadas por la Patrulla Fronteriza para negar la entrada ilegal”, dijo Andrew Mahaleris, secretario de prensa de Abbott. “Cuando el presidente Biden se negó a usarlas, Texas dio un paso al frente y desplegó las barreras”.
Los documentos de la agencia fronteriza formaban parte de un lote de casi 2,000 páginas de correos electrónicos, fotos y memorandos relacionados con las boyas de Texas que se publicaron este mes en respuesta a una solicitud de acceso a la información.
Según los documentos, uno de los contratistas que se reunió con funcionarios federales en 2022 fue Cochrane USA, que fabrica una gama de barreras y cercas de seguridad. La compañía luego trabajó con el estado de Texas en su barrera.
En una presentación de Texas como parte del caso federal, un gerente de proyectos de Cochrane USA dijo que la compañía había sido contratada para crear la barrera de boyas durante la administración Trump, pero que su contrato fue cancelado después de que Biden asumió el cargo.
“El sistema en cuestión fue diseñado como un mecanismo para salvar vidas y dirigir a los migrantes” hacia puertos de entrada legales al “disuadir cruces ilegales y peligrosos”, dijo el gerente de proyectos, Loren Flossman, quien anteriormente trabajó para CBP.
Además de información sobre las barreras de boyas, la publicación de documentos también incluyó correos electrónicos breves que documentaban episodios en los que migrantes quedaron atrapados o resultaron heridos en alambre de concertina colocado a lo largo del río por el estado de Texas para disuadir cruces. En algunos casos, agentes fronterizos cortaron el alambre o usaron maquinaria pesada para levantarlo y alcanzar a los migrantes.
“El alambre de concertina fue cortado a las 16:15 horas para liberar a una madre y dos niños”, decía un correo de octubre de 2023.
“Los agentes tuvieron que cortar el alambre debido a que una persona mayor mostraba signos de hipotermia”, decía otro del mes siguiente.
El estado de Texas se opuso a que los agentes federales cortaran el alambre de concertina y demandó al Gobierno federal para obligarlo a detenerse.
Al igual que en el caso de las boyas, el Quinto Circuito falló mayoritariamente a favor de Texas, pero permitió algunos cortes del alambre. En una decisión del mes pasado, la Corte determinó que, siempre que Texas proporcionara a los agentes fronterizos “acceso necesario” a ambos lados del alambre de concertina, los agentes no podían cortarlo.
