El exitoso medicamento semaglutida, vendido como Ozempic para la diabetes y como Wegovy para la pérdida de peso, ahora tiene un nuevo beneficio comprobado: alivió notablemente el dolor de rodilla en personas obesas y con osteoartritis de moderada a grave, según un estudio grande.
El efecto fue tan pronunciado que algunos expertos en artritis que no participaron en el ensayo clínico se sorprendieron.
«La magnitud de la mejora es de un alcance que no hemos visto antes con un medicamento», dijo el Dr. Bob Carter, subdirector del Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel. «Tuvieron una reducción de casi el 50 por ciento en su dolor de rodilla. Eso es enorme».
El Dr. David T. Felson, experto en artritis y profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, dijo que el estudio «cambia el panorama», y añadió que la reducción del dolor es mayor que cualquier cosa que se pueda lograr sin una cirugía de reemplazo de rodilla.
Los resultados se publicaron el miércoles en la revista New England Journal of Medicine.
La osteoartritis de rodilla afecta a casi uno de cada cinco estadounidenses mayores de 45 años. Las personas con obesidad son especialmente propensas a desarrollarla porque su peso ejerce más presión sobre la rodilla y porque la obesidad se asocia con la inflamación, que contribuye al deterioro del cartílago.
No hay buenos tratamientos médicos. Los médicos pueden sugerir a los pacientes que tomen analgésicos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno. Pero el uso prolongado de esos medicamentos puede dañar órganos vitales.
Cuando el dolor empeora lo suficiente, muchos recurren a la cirugía de reemplazo de rodilla.
«La buena noticia es que la cirugía funciona para la mayoría de las personas», dijo el Dr. Carter. «La mala noticia es que es enormemente caro», lo que drena el dinero de Medicare.
«Necesitamos desesperadamente una forma efectiva de tratar el dolor de rodilla», añadió.
En el estudio de 68 semanas realizado por Novo Nordisk, el fabricante de la semaglutida, 407 personas con obesidad y osteoartritis de rodilla fueron asignadas al azar para recibir semaglutida en forma de Wegovy o un placebo. Todos los pacientes también recibieron asesoramiento sobre el ejercicio y una dieta baja en calorías.
Los participantes eran en su mayoría mujeres. Tenían una edad promedio de 56 años y un índice de masa corporal promedio de 40.3, lo que los ubicaba firmemente en la categoría de obesidad. Tenían que tener dolor de rodilla y cumplir con criterios adicionales para la osteoartritis de rodilla, como rigidez por la mañana o rodillas que crujían o chasqueaban cuando caminaban. Su dolor promedio en una escala de 100 puntos fue de 70.9 al comienzo del estudio.
«Realmente sentían dolor», dijo el Dr. Henning Bliddal, investigador principal del estudio y reumatólogo del Hospital Universitario de Copenhague. «No pueden hacer ejercicio. Estás atrapado con rodillas como esta».
Como se esperaba, los que recibieron semaglutida perdieron una cantidad significativa de peso, un promedio del 13.7 por ciento de su peso inicial, mientras que los que recibieron el placebo perdieron el 3.2 por ciento de su peso inicial.
El resultado primario del estudio fue un cambio en una medida estándar llamada WOMAC, que evalúa el dolor, el funcionamiento físico y la rigidez en una escala de 100 puntos. Los que recibieron semaglutida tuvieron una reducción promedio de 41.7 puntos, mientras que los que recibieron el placebo tuvieron una reducción de 27.5 puntos.
El Dr. Carter dijo que los participantes del placebo a menudo informaron algún grado de alivio del dolor en los estudios. Pero, añadió, la reducción de 41.7 puntos en la puntuación de dolor de los participantes con semaglutida «es enorme».
«Para ser franco, esto es lo que esperábamos», dijo el Dr. Bliddal. «Pero incluso superó nuestras expectativas».
La semaglutida controla el azúcar en la sangre, frena los antojos de alimentos y reduce el apetito. Pero también tiene otros efectos: reduce el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular o muerte cardiovascular en personas con enfermedades cardíacas, y reduce el riesgo de complicaciones renales, problemas cardíacos y muerte en personas con enfermedad renal.
Los médicos y muchos pacientes tienen grandes esperanzas de que los medicamentos puedan hacer mucho más, y citan estudios observacionales que conducen a ensayos clínicos que ahora están en marcha para probar los medicamentos para tratar la adicción, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, la depresión y la esquizofrenia.
Una posible razón para algunos de estos efectos, y una posible razón por la que la semaglutida ayudó a las personas con osteoartritis de rodilla, es que el medicamento parece calmar la inflamación, un factor central en una variedad de enfermedades, incluidas la obesidad y la osteoartritis.
Hasta hace poco, los investigadores pensaban que la osteoartritis de rodilla era un problema mecánico. El cartílago se desgasta. La amortiguación natural alrededor de la articulación de la rodilla se erosiona. Y las personas más pesadas corren más riesgo porque su mayor peso ejerce más presión sobre sus articulaciones.
Pero cuanto más estudiaban la artritis, más descubrían los investigadores que el daño mecánico podría no ser el único factor.
«El dolor parecía desproporcionado» con el daño realmente observado en los pacientes, dijo el Dr. Felson, autor de un editorial que acompañó al estudio.
Y el dolor no se debe solo a que el cartílago que se encuentra sobre el hueso se desgaste, agregó el Dr. Carter.
En la artritis, el revestimiento de un borde delgado de cartílago que se encuentra sobre el hueso se inflama y envía señales de dolor a la médula espinal.
El hueso en sí también contribuye al dolor. Con la artritis, el hueso de la rodilla cambia, dijo el Dr. Carter. Los poros se abren en los huesos que antes no estaban allí, y los nervios del hueso crecen hacia la base del cartílago.
Ahora, con el nuevo estudio, parece que hay una manera de tratar tanto el problema mecánico causado por el exceso de peso como los otros factores con un solo medicamento muy costoso.
Pero el Dr. Carter tiene esperanzas. Si se pudiera aprender qué es exactamente lo que hace la semaglutida dentro de la articulación, tal vez los investigadores podrían desarrollar medicamentos que hagan lo mismo y cuesten menos.
«Nunca entendimos realmente de dónde venía el dolor», dijo. Ahora, tal vez, haya una manija para resolverlo.
