Israel anunció que efectuó un bombardeo contra una presunta instalación del grupo Hezbolá en el sur del Líbano, en tan solo dos días luego de que acordaran un inicio del alto al fuego.
En contraparte, el Ejército del Líbano acusó a Israel de violar múltiples veces el acuerdo que establecieron el martes, ya que desplegaron soldados y tanques en el sur del Líbano, pese a que indicaron que se iban a retirar.
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, amagó con ordenar una «guerra intensiva» contra Hezbolá si el movimiento islamista pro-iraní rompía la tregua. También dijo que haría «todo» lo que estuviera a su alcance para impedir que Irán se dotase del arma nuclear.
Justificaron el ataque israelíe al asegurar que detectaron «actividad terrorista» en la instalación, que presuntamente Hezbolá utilizaba para almacenar cohetes de medio alcance.
El acuerdo de cese el fuego contempla que las fuerzas israelíes mantengan sus posiciones, pero establece un periodo de 60 días en los que «el ejército y las fuerzas de seguridad de Líbano empezarán su despliegue hacia el sur», según explicó un alto cargo estadounidense.