Este fin de semana, en el Gran Premio de Estados Unidos, el piloto británico de McLaren debe buscar la perfección si quiere destronar a Max Verstappen.
Aunque cuenta con el monoplaza más completo de la parrilla -en cuestión de velocidad, puesta a punto y uso de neumáticos- Norris tiene difícil la conquista del título de la F1.
Mientras el neerlandés lidera cómodamente el Campeonato de Pilotos con 331 puntos, el conductor de McLaren está a 52 unidades, así que necesita recortarle de 6 a 8 puntos en cada una de las 6 carreras que restan en el calendario.
Matemáticamente hay posibilidades para Norris.
Si en Austin, por ejemplo, se queda con el máximo de 34 puntos a los que puede aspirar un piloto – derivados de ganar tanto la Sprint Race como la carrera del domingo y el punto de la vuelta más rápida-, y el corredor de Red Bull se va en cero, Lando alcanzaría la cifra de 306 unidades y su desventaja quedaría en 25 unidades.
Para su desgracia, el tricampeón no suele fallar y sólo una vez en la actual campaña no ha sumado en un GP, y fue en Australia.
En un escenario más realista, el británico podría ganar, pero si el neerlandés queda segundo en la carrera principal y en la Sprint, acumularía 25 puntos.
Así, Verstappen seguiría al frente con 356 unidades y Norris lo secundaría con 313, reduciendo la brecha a 43 y apenas 146 puntos disponibles por capturar en México, Brasil (con Sprint), Las Vegas, Qatar (con Sprint) y Abu Dhabi.
De seguir esa tendencia (Lando gana, pero Max es segundo), Norris cerraría la campaña con 459 puntos, uno menos que su rival y diría adiós al trono.
Norris, a sus 24 años, suele tener lentas arrancadas complicando sus triunfos, comete errores de principiante en momentos clave -no respetar los límites de pista, rozar los muros, frenadas agresivas…-, y suele perder las batallas con su coequipero Oscar Piastri.
La ruta de «Súper Max», en cambio, es más sencilla, pues le bastará con ser segundo desde EU hasta Abu Dhabi para levantar su cuarta corona de F1.