miércoles, octubre 2, 2024

CIRUGÍA BARIÁTRICA, ¿SÍ O NO?

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Habiendo en México un problema de sobrepeso y obesidad tan severo, no es ninguna sorpresa que cada vez más personas busquen una alternativa como la cirugía bariátrica.

Ya los datos de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) arrojan que de cada 10 mexicanos, siete no tienen un peso idealmente saludable, y cuatro de éstos presentan obesidad mórbida, tal cual refiere el doctor David Ampudia Chávez, cirujano gastrointestinal con especialidad en endoscopía y subespecialidad en cirugía bariátrica.

«La cirugía bariátrica es un procedimiento del que sí, ya hay mucha más demanda de los pacientes. Pero todo es a raíz de la pandemia más peligrosa que hemos tenido desde hace muchos años, y no estoy hablando del Covid, sino de la obesidad», comenta en entrevista telefónica el médico adscrito a los hospitales San Ángel Inn Universidad y Ángeles Acoxpa.
«Hoy en día te puedo decir que hay muchos hospitales del sector salud que están haciendo esta cirugía en distintas partes de la República», continúa, enlistando instituciones como el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud (Ssa). «Sin embargo, acaba siendo insuficiente. Como decía, 7 de cada 10 personas no está en su peso ideal, y cuatro tienen obesidad mórbida; entonces, imagínate cuántas personas lo necesitan».
«No te estás operando la nariz porque no te gusta, aquí te estás sometiendo a una cirugía gastrointestinal. Tampoco es una liposucción, muchas veces nos confunden con cirujanos plásticos; no, no es una liposucción».

David Ampudia Chávez, Cirujano gastrointestinal

En particular, la cirugía bariátrica constituye una opción para aquellas personas que no han alcanzado resultados mediante estrategias como actividad física, planes nutrimentales y hasta el balón gástrico -que Ampudia Chávez separa de lo quirúrgico en tanto su colocación es vía endoscopía, un procedimiento ambulatorio sin incisiones ni anestesia general-.

«Hay pacientes que a veces metabólicamente o por cuestiones hormonales, por ejemplo, están enfermos de la tiroides, y por eso les cuesta mucho bajar de peso. ¿Y nosotros qué hacemos?, pues criticamos: ‘Ay, no, pues seguro, tú tienes ese peso porque quieres, porque no te cuidas, porque no le echas ganas'», reprueba el cirujano.
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«Pobres pacientes, acaban en un círculo vicioso en donde están encerrados por todos lados. Entonces, aparece esta opción de la cirugía bariátrica con un equipo de varios especialistas que se dedican exclusivamente a esto, ¡n’ombre!, a los pacientes les cambia la vida».
Básicamente, esta cirugía consiste en modificar la anatomía del estómago. Ya sea por medio de la manga gástrica, donde se disminuye su tamaño a una dimensión similar a la de un plátano, y esto permite que se alcance la saciedad con menos alimentos, y también que se acelere la digestión y el metabolismo; «hemos tenido pacientes que bajan 80 kilos», ilustra Ampudia Chávez.
O también puede ser a través del bypass gástrico, donde los médicos hacen un pequeño reservorio gástrico, es decir, un estómago más pequeño, que conectan con el intestino en una suerte de puente para desviar la comida que se ingiere.
En este caso, además de la pérdida satisfactoria de peso, Ampudia Chávez destaca que algunos pacientes también presentan una mejoría importante en comorbilidades como diabetes e hipertensión.
«Es decir, bajas de peso 40, 50 kilos, y el corazón ya no tiene que bombear tan fuerte, entonces ahora las contracciones del corazón son efectivas y la presión arterial baja, el paciente puede dejar de tomar el antihipertensivo», expone el cirujano.
A diferencia de lo que quizás algunos programas de televisión muestran, la cirugía bariátrica no es una medida exclusiva para quienes ya tienen un grado de híper obesidad, con pesos por arriba de los 200 kilos. Para Ampudia Chávez, basta con estar 20 kilos por encima del peso sugerido, o con un Índice de Masa Corporal (IMC) arriba de 34, para ser considerado como candidato al procedimiento.
Esto, claro, siempre mediado por la evaluación de un equipo multidisciplinario que incluye al cirujano, la parte nutrimental y también la psicológica, cuya labor no termina una vez hecha la operación, pues luego viene el seguimiento de los pacientes, una etapa crucial donde es necesario que haya cambios de hábitos.
«Ahí viene lo importante: ‘Oye, doc, ¿y qué voy a comer?’. Eso va de la mano con tu nutrióloga para que cuando empieces a bajar de peso bajes a expensas de grasa y no pierdas músculo. Empiezas con líquidos, pero al mes, mes y medio, ya estás comiendo lo que cualquier persona», apunta Ampudia Chávez.
Ni fácil ni meramente estético
Si bien una consecuencia relevante para quienes se someten a cirugía bariátrica es el paulatino cambio en su apariencia física, este procedimiento está lejos de ser una medida estética.

«No te estás operando la nariz porque no te gusta, aquí te estás sometiendo a una cirugía gastrointestinal. Tampoco es una liposucción, muchas veces nos confunden con cirujanos plásticos; no, no es una liposucción. Esto es: ‘Te voy a modificar el estómago y el intestino para que tú puedas mejorar'», remarca Ampudia Chávez, para quien es importante que esto se haga por clínicas y médicos certificados.
Asimismo, pensar que se trata de una salida fácil para un problema al que hay que «echarle ganas», demerita el esfuerzo real de quienes deciden operarse pese a los riesgos que, como toda intervención quirúrgica, conlleva, y su posterior apego a dietas y cuidados.
«Si tú les dices: ‘Oye, eso fue el camino fácil’, ¡híjole!, la verdad es que hasta te ven feo porque dicen: ‘¿Cuál camino fácil?, o sea, me ha costado mucho trabajo'», señala el cirujano. «No lo hemos tocado mucho, pero muchos de los pacientes con obesidad tienen ansiedad y depresión, entonces bajan de peso, y con la mejora también dejan de tomar el antidepresivo».

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