El gobierno de Estados Unidos, según una carta presentada por la Fiscalía estadounidense en el marco de su próxima sentencia programada para el 9 de octubre de 2024, el exfuncionario Garcia Luna es responsable de facilitar una conspiración que resultó en la muerte de miles de personas en México y Estados Unidos.
En el documento, la Fiscalía destaca que García Luna, quien dirigió la policía federal de México y los esfuerzos antinarcóticos durante más de una década, explotó su poder y autoridad al aceptar millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa, la organización criminal a la que debía combatir. «Es difícil exagerar la magnitud de los crímenes del acusado, las muertes y adicciones que facilitó, y su traición al pueblo de México y de los Estados Unidos», subraya el comunicado del fiscal, haciendo énfasis en la enorme escala de las actividades delictivas que el exfuncionario permitió.
Entre 2001 y 2012, García Luna ocupó varios de los más altos cargos de seguridad en México, siendo jefe de la Agencia Federal de Investigación (AFI) entre 2001 y 2005, y luego Secretario de Seguridad Pública entre 2006 y 2012. Durante este tiempo, en lugar de combatir al Cártel de Sinaloa, el acusado recibió pagos millonarios a cambio de brindarles apoyo activo, lo que incluyó información privilegiada sobre investigaciones, protección para el tráfico de drogas y recursos del Estado como uniformes y vehículos policiales.
Uno de los testigos clave, un miembro de alto nivel del Cártel de Sinaloa, testificó que los pagos a García Luna permitían a los narcotraficantes moverse con total libertad por el territorio mexicano, establecer y desmantelar retenes policiales a su conveniencia y operar con impunidad bajo la protección del gobierno.
Por estas razones, la Fiscalía de Estados Unidos ha solicitado que se imponga una sentencia de cadena perpetua, además de una multa considerable, para hacer justicia por los crímenes de los que es responsable el exsecretario. «Sus crímenes exigen justicia», concluye la carta, subrayando el impacto devastador de sus acciones en la seguridad de ambos países.