Washington.- La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (League of United Latin American Citizens), una de las organizaciones de derechos civiles latinos más antiguas del país, anunció el viernes su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris y a su compañero de fórmula, el gobernador Tim Walz de Minnesota, siendo este el primer respaldo formal a una candidatura presidencial en los 95 años de historia del grupo.
Los líderes del grupo, conocido como LULAC, reconocieron que anteriormente se habían abstenido de respaldar a candidatos políticos, pero dijeron que sus miembros se sintieron motivados a actuar por las preocupaciones sobre el posible impacto negativo en los latinos si el ex presidente Donald Trump fuera reelegido.
El respaldo se llevó a cabo a través del comité de acción política del grupo, el LULAC Adelante PAC, tras conversaciones internas y una votación unánime.
Los líderes dijeron que decidieron respaldar a Harris y Walz porque consideraron que estaban mejor equipados para abordar los problemas que enfrentan las comunidades latinas.
“Podemos confiar en que harán lo correcto para nuestra comunidad y el país”, dijo Domingo García, presidente del PAC y ex presidente de LULAC, en un comunicado.
Los latinos, un sector multirracial y multiétnico del electorado que representó el 10% de los votantes estadounidenses en 2020, tienden a votar por los demócratas.
Sin embargo, han estado en el centro de una lucha entre demócratas y republicanos desde que Trump mejoró su posición entre los latinos en 2020 en comparación con su campaña de 2016. A medida que Trump y el presidente Joe Biden parecían dirigirse a una revancha en las elecciones presidenciales de 2024, un número significativo de latinos había estado considerando la opción de un tercer partido.
Los líderes de derechos latinos y los funcionarios electos se han unido rápidamente detrás de Harris desde que reemplazó a Biden en la cabeza de la candidatura. Dijeron que las promesas de Trump de recortar los programas de asistencia para personas de bajos ingresos y promulgar políticas de inmigración de línea dura perjudicarían a las comunidades latinas en todo el país.
Los líderes de LULAC y de grupos similares dijeron que la candidatura de Harris había inyectado nueva energía en sus esfuerzos de divulgación. Algunas encuestas tempranas han captado un mayor entusiasmo por ella que por Biden entre los votantes latinos, pero los datos confiables desde el cambio son limitados.
LULAC, fundada en el sur de Texas por un grupo de veteranos en su mayoría mexicoamericanos de la Primera Guerra Mundial, tradicionalmente ha adoptado posturas más conservadoras que otros grupos de derechos latinos. Su respaldo permitirá a sus concejos, que funcionan como capítulos locales, registrar votantes y tocar puertas en estados clave, particularmente Nevada, Arizona, Georgia, Pensilvania y Wisconsin.
La organización tiene 535 concejos en todo el país y 140,000 miembros, el 86% de los cuales están registrados para votar y más del 75% votaron en las elecciones de 2020, según sus funcionarios.
En un comunicado, Julie Chavez Rodriguez, gerente de campaña de Harris, calificó el respaldo como un honor. “La magnitud de estas elecciones requiere que los latinos se unan y organicen como si nuestras vidas dependieran de ello”, dijo.
La campaña de Trump dijo que el respaldo de LULAC no fue una sorpresa. En un comunicado, Jaime Florez, director de medios latinos de la campaña, argumentó que tales grupos estaban desconectados de los votantes latinos, diciendo que su falta de interés en lo que les importa a los latinos había hecho que muchos abandonaran el partido.
Hasta ahora, lo más cercano que LULAC había estado de respaldar a un candidato presidencial fue en 1956, cuando Felix Tijerina, entonces presidente del grupo, respaldó personalmente al republicano Dwight Eisenhower. (Llevaba un pin de Ike en la solapa, según la cobertura de noticias de esa época). Algunos miembros del grupo también estuvieron activos en clubes que apoyaban a John F. Kennedy en 1960, y otros han apoyado a candidatos locales, incluido Raymond Telles, el ex alcalde de El Paso, Texas.
Trump ahora señala las deportaciones masivas de mexicanos y mexicoamericanos durante la administración de Eisenhower como un modelo que su propia administración seguiría, ya que promete llevar a cabo el mayor esfuerzo de deportación en la historia de Estados Unidos
En una entrevista, Juan Proaño, director ejecutivo (CEO) de LULAC, dijo que los valores del grupo habían evolucionado desde la década de 1960, cuando la feroz competencia salarial y las divisiones entre trabajadores mexicanos y mexicoamericanos inicialmente llevaron al grupo de derechos latinos a apoyar las deportaciones masivas de Eisenhower. La organización revirtió su postura cuando ya no fue posible ignorar la devastación que las deportaciones infligían en los barrios mexicoamericanos y las regiones fronterizas.
Antes de su respaldo, LULAC publicó un análisis de las promesas de Trump. Citaba una serie de sus propuestas que perjudicarían a los latinos, incluidos recortes a los presupuestos de educación y programas de red de seguridad social, y políticas que cerrarían la frontera, anularían la ciudadanía por nacimiento y revertirían las protecciones para los jóvenes traídos al país ilegalmente cuando eran niños.
“No podemos arriesgar deportaciones masivas, no podemos arriesgar separaciones familiares”, dijo Proaño.
