Desde que arrancaron los Juegos Olímpicos de París 2024 hemos visto a los atletas festejar sus hazañas de diversas maneras, sin embargo, una de las más peculiares y enigmáticas para la audiencia es cuando los deportistas tocan la llamada «campana de la victoria».
Ubicada en el imponente Stade de France, la campana se ha convertido en un símbolo de júbilo para varios atletas cuyas competiciones se han realizado en este espacio, que pasó de ser un estadio de rugby y futbol a ser la sede de todas las pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos.
La campana forma parte de la remodelación de la famosa catedral de Notre Dame, lleva grabado el característico emblema de París 2024 y forma parte del proyecto de legado de los JO de este año, con la idea de que el sonido de la victoria olímpica se escuche durante décadas en la capital francesa.
«De alguna manera, París 2024 está ayudando a reconstruir Notre Dame. Una parte de los Juegos y del espíritu olímpico permanecerá en Notre Dame de por vida», explicó Pierre-André Lacout, gerente del Stade de France, en una conferencia de prensa.
Quienes suelen tocar la campana, ubicada en uno de los extremos del estadio, son aquellos talentos que han competido dentro de esta sede y logran una medalla de oro en los actuales JO.
Este instrumento tomó relevancia en los primeros días de las justas olímpicas en París, específicamente durante el torneo de rugby. Al final de cada partido, los ganadores se acercaban y tocaban la campana en señal de victoria. El equipo femenil de Nueva Zelanda y el masculino de Francia triunfaron con las respectivas medallas de oro; sin embargo, se permitió que los acreedores de plata y bronce también la tocaran.
Ahora, la tradición sigue con los competidores de atletismo, aunque en este caso sólo los ganadores de la medalla de oro tendrán la oportunidad de hacer sonar la campana.
Este domingo, dicho honor le tocó al estadounidense Noah Lyles, quien triunfó en la final masculina de 100 metros. El sprint se definió en un final fotográfico, otorgándole eventualmente la medalla de oro.
«Vi aparecer mi nombre y dije: ‘Dios mío, soy increíble’. Es lo que quería. Es una batalla muy dura, los oponentes son increíbles, todos estaban sanos y preparados y vinieron a luchar. Soy el lobo entre los lobos», señaló Lyles tras tocar la campana y recoger su medalla.
Yaroslava Mahuchikh, quien ganó el oro para Ucrania en la final de salto de altura; Thea Lafond, quien consiguió el oro para Dominica en el triple salto, y el ugandés Joshua Cheptegei, quien se alzó con el oro en los 10 mil metros masculinos, son otros atletas que han tocado la campana hasta ahora.
¿DE DÓNDE VIENE LA CAMPANA?
La campana se fabricó en Normandía, en el museo y fundición de Fonderie Cornille Havard, en Villedieu-les-Poeles-Rouffigny, Francia, y cuenta con el logo oficial de París 2024 grabado en dos de sus extremos, así como los Aros Olímpicos.
La idea es que, acabando las justas de este año, este instrumento quede suspendido en uno de los enormes campanarios de Notre Dame. La catedral tiene 10 campanas históricas de iglesia en su interior, mismas que suelen pesar entre dos y tres toneladas. Y de hecho, la que se ve en los JO es una réplica de estas campanas clásicas.
Además de las campanas principales, la catedral suele tener otras más pequeñas en su aguja y dentro del techo que fue destruido en el magno incendio de 2019. La campana olímpica se unirá a estas últimas cuando terminen los trabajos de restauración de la aguja.