Nueva York.- Tensión, emoción e incertidumbre consumieron este miércoles a Sudáfrica, ya que millones de personas emitieron su voto en una elección que podría terminar con el monopolio del poder en el Congreso Nacional Africano, el partido que ha gobernado desde que lideró la derrota del apartheid hace 30 años.
Voluntarios del partido trabajaron fervientemente para mantener su mayoría, llevando a los votantes a las estaciones para votar, exaltando las virtudes del partido desde altoparlantes instalados en camionetas y entregando camisetas del partido de color amarillo brillante.
Los principales funcionarios del partido coreaban junto con esos soldados rasos como si los estuvieran llamando a la batalla.
Los encuestadores han pronosticado ampliamente que el partido ganará la pluralidad aunque atrajo a menos del 50 por ciento de la votación por primera vez.
Si eso sucede, se verá forzado a aliarse con uno o más partidos para formar un gobierno y permanecer en el poder.
Los votantes están eligiendo una Asamblea Nacional que decidirá si deberá mantener o desbancar al presidente Cyril Ramaphosa.
También están eligiendo a legisladores provinciales.
Se espera que los resultados sean anunciados este fin de semana.
Con 51 partidos que están desafiando al Congreso Nacional Africano o ANC por sus siglas en inglés, en las urnas nacionales, los votantes tienen muchas opciones, incrementando el suspenso para los votantes individuales y el país.
Los simpatizantes del partido de oposición esperan que esta votación pueda producir un punto de inflexión para Sudáfrica, tan sísmico como cuando Nelson Mandela asumió la presidencia con ANC después de la primera elección democrática en 1994.
Este ritual de democracia se está llevando a cabo en un país que se ve muy diferente de cuando se llevó a cabo ese ejercicio, pero que está lleno de muchas de las mismas ansiedades: desempleo, falta de vivienda y pésimas oportunidades educativas.
