Nueva York.- Los padres estadounidenses están cada vez más involucrados — destinando más tiempo, dinero y energía mental — no sólo cuando sus hijos son jóvenes, sino también en su etapa de adultos.
La percepción popular es que eso podría ser en detrimento de sus hijos — los padres que les quitan todos los obstáculos y terminan con niños adultos que no pueden valerse por sí mismos y siguen dependiendo de ellos.
Sin embargo, dos nuevos sondeos realizados por el Centro de Investigación Pew — entre adultos jóvenes de 18 a 34 años y de padres de hijos de esa edad — cuentan una historia más matizada.
La mayoría de los padres están de hecho altamente involucrados en las vidas de sus hijos adultos, enviándoles mensajes de texto varias veces a la semana y dándoles consejos y apoyo financiero. Aunque de muchas maneras, su relación parece saludable y satisfactoria.
Nueve de cada 10 padres califican la relación con sus hijos adultos jóvenes como buena o excelente, y lo mismo dijeron ocho de cada 10 adultos jóvenes.
En lugar de sentirse preocupados o decepcionados por las cosas que suceden en las vidas de sus hijos, ocho de cada 10 padres dicen que se sienten orgullosos y optimistas.
Esa relación tan cercana no parece impedir que los jóvenes logren cierta independencia.
Comparado con sus padres cuando eran adultos jóvenes a principios de los años 1990, tienen muchas más probabilidades de asistir a la universidad o ya tienen una licenciatura, según encontró Pew.
Tienen más probabilidades de tener un empleo de tiempo completo y sus ingresos, ajustados a la inflación, son más altos.
Aunque es mucho menos probable que estén casados o tengan hijos.
La mayoría de los adultos jóvenes se comunican frecuentemente con sus padres a través de mensajes de texto.
Expertos dicen que la relación parental contemporánea puede ir demasiado lejos — y se ha vuelto más práctica desde que los jóvenes adultos entrevistados eran niños.
Algunos investigadores han advertido que es una de las razones de la falta de independencia de los hijos y que la sobreprotección puede impedir el desarrollo de habilidades de sus hijos para manejar la adversidad.
La nueva información sugiere que los jóvenes adultos son más dependientes de sus padres — les envían mensajes para que les den consejos sobre su vida cuando las generaciones anteriores solucionaban sus problemas solos.
Aunque los efectos no parecen totalmente negativos.
La profesora Karen L. Fingerman de la Universidad de Texas en Austin, quien estudia las relaciones de los adultos con sus familias, encontró que las relaciones cercanas entre los padres y sus hijos adultos los protegen de tener un mal comportamiento y que los adultos jóvenes que reciben ese significativo apoyo parental pueden lidiar mejor con el cambio y tienen unas vidas más satisfactorias.
Ambas cosas pueden ser ciertas, comentó Eli Lebowitz, director del Programa de Desórdenes de Ansiedad del Centro de Estudios Infantiles de Yale — “que dependan mucho de sus padres y tengan mucho apoyo positivo de ellos”.
Entre los padres, siete de cada 10 dicen que están satisfechos con su nivel de involucramiento en la vida de sus hijos adultos.
Sólo el 7 por ciento dijeron que están muy involucrados, una cuarta parte es probable que estén más involucrados. Los adultos jóvenes dijeron lo mismo.
Cuando la generación de los “baby boomers” estaban creciendo, había una creencia basada en el ideal de auto-suficiencia estadounidense que los hijos deben ser independientes después de los 18 años, y no depender de sus padres.
Pero eso fue de alguna manera una aberración, aseguran científicos sociales.
Antes de eso y nuevamente en la actualidad, ha sido común que los miembros de diferentes generaciones sean más interdependientes.
El involucramiento de los padres en las vidas de los adultos jóvenes empezó a aumentar en los años 1970. Gradualmente, la paternidad se hizo más intensa, debido a que las personas tuvieron menos hijos e invertían más en su crianza.
Los factores culturales y políticos juegan un papel en el involucramiento de los padres en las vidas de sus hijos adultos jóvenes.
En Estados Unidos, los padres e hijos dependen frecuentemente unos de otros para el cuidado infantil y de adultos mayores.
En muchas familias de inmigrantes, es común que varias generaciones vivan juntas o se apoyen unas a otras.
La tecnología ha hecho más fácil mantener un contacto regular.
