Meoqui.- Con el objetivo de contribuir a la preservación del medio ambiente, su flora y la fauna, personal especializado de la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua, trabajan en la conservación de los humedales del Vado de Meoqui, región utilizada como refugio temporal de una diversidad de aves que emigran de otros países durante esta temporada del año.
Por más de una década, una variedad de especies como patos, gansos, gaviotas, entre otros, llegan a la región buscando refugiarse de las bajas temperaturas que azotan en países como los Estados Unidos y Canadá. Las aves llegan a este humedal debido que funge como un oasis en medio del desierto o un “centro de descanso”, ya que varios de los pájaros establecidos en la zona, de octubre a febrero, se catalogan como aves playeras.
“Las más pequeñas llegan aquí, descansan y continúan al sur todo el trayecto, y el grueso de patos se va un poco más al centro de México; pero hay poblaciones que se quedan con nosotros, pues hay mucho alimento todo el año, que es lo principal que los mueve a migrar”, declaró Fernando Mondaca, maestro y coordinador del Programa de Aves Urbanas para el Centro-Sur de Chihuahua.
Asimismo, Mondaca Fernández señaló que este humedal es considerado un sitio Ramsar por la relevancia de sus características para la preservación de las aves y la biodiversidad, “básicamente es un humedal que sirve de cobijo a especies animales”, indicó, agregando que esta distinción permite recibir recomendaciones generales para lograr el cometido de cuidar a las aves.
En este sentido, cada diciembre la Universidad realiza el Conteo Navideño, en el que se pueden conocer cuáles y cuántas aves llegan al vado, con el objetivo de tener un panorama referente al estado de estas especies, así como posibles causas de su llegada o ausencia.
Por su parte, Esteban Hidalgo Franco, estudiante de la FZYE, señaló que este fenómeno, más allá de crear un escenario particular al transitar por el municipio de Meoqui, beneficia al ecosistema, siendo las aves agentes de control biológico que limitan la sobrepoblación de especies introducidas, consideradas invasoras en el estado.
“Hay peces que son sumamente invasores, como las sardinas, y esas son presas para las aves, los pelícanos. En el caso de la mojarra, esa es para alimento humano, es decir, alguien la incorporó al río y acabó con algunas especies nativas como las anguilas, conchas y el matalote, que ya no ya no se encuentra tan fácilmente”.
Por otro lado, de acuerdo al papel que la UACH ha desempeñado en relación a la preservación de las aves, se señaló que tanto estudiantes como egresados trabajan por crear un beneficio para la biodiversidad, no únicamente en ambientes de humedal, sino en ecosistemas como pastizales, realizando reportes e investigaciones que involucren a la sociedad civil.
“De nada nos va a servir tratar de proteger a las especies, incluso los hábitats, si la gente no está familiarizada con qué especies hay o cómo debemos conservarlos. Eso es lo que hay que hacer primero, llegar a las personas y darles una educación ambiental”, comentó Felitza Serrano Jiménez, egresada de esta unidad académica.
Cabe mencionar que el próximo 2 de febrero se realizará nuevamente un conteo en el Municipio de Meoqui, por lo que la UACH invita a que la sociedad civil sea parte de estas actividades.
