En el mundo de la herbolaria, existen una gran cantidad de plantas medicinales que destacan por sus peculiares nombres. En esta ocasión, traemos uno de esos casos: se trata de la “lengua del diablo”.
Conocida también como konjac o shirataki, es una planta originaria de Asía que es utilizada tradicionalmente en la gastronomía asiática, a tal grado que es un elemento básico de la cocina del oriente.
Sin embargo, también contiene propiedades medicinales cuyos orígenes provienen de hace dos mil años atrás. Aunque en Occidente aún es una hierba poco conocida y, en consecuencia, poro utilizada.
Nativa del sudeste asiático, específicamente de Japón, China, Corea del Sur, Vietnam, Filipinas, Tailandia e Indonesia, de esta planta se utiliza el tubérculo o bulbo que nace de la raíz, misma que se seca y se muele.
Es una planta perenne, sobrevive por más de dos años, que puede llegar a medir hasta 25 centímetros de diámetro y que sus hojas alcanzan a medir hasta un metro de ancho, dividida en numerosos folíolos.
Sin embargo, la “lengua del diablo” se caracteriza principalmente por sus peculiares flores color púrpura oscuro de hasta 55 centímetros de largo.
Debido a que es una planta rica en almidón y bulbos, el tubérculo se emplea para crear una harina y mermelada o gelatina que llevan el mismo nombre. Dicho productos son muy usados en las dietas veganas.
Propiedades medicinales de la “lengua del diablo”
Comúnmente preparado como una pasta, el principal componente del konjac es el glucomanano, un polisacárido no digerible por el organismo y que, por tanto, es fibra dietética. Altamente digestivo, se caracteriza por tener sólo nueve calorías por cada 100 gramos.
Su uso es habitual en las dietas de deportistas, pues no aporta azúcares ni grasas saturadas. Los beneficios que aporta en la dieta son los siguientes:
Efecto saciante: un factor destacable es que, cuando el konjac absorbe mucha agua, al llegar al estómago dobla su volumen por lo que da una sensación de saciedad que dura por un largo tiempo; este hecho, unido a que apenas tiene calorías, permite tener un mejor control de peso corporal.
Propiedades digestivas: al estar compuesta prácticamente de fibra, es un alimento de fácil asimilación para el estómago, sin crear sensación de pesadez o dolores que puede provocar la pasta tradicional. Su mismo contenido hace que se mejore la salud gastrointestinal.
Reduce los niveles de glucosa y colesterol: esta planta también tiene la cualidad de reducir los niveles de glucosa y colesterol del cuerpo, lo que beneficia en la prevención de enfermedades cardiovasculares y la hipertensión arterial por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Efecto adelgazante: el consumo prolongado de esta planta termina por generar un efecto adelgazante en quien la consume, aunque su consumo debe ser regulado, pues un exceso puede llevar a otros problemas y este alimento carece de vitaminas y minerales.
Otros usos: en la medicina tradicional china, esta planta también se utiliza para tratar el asma, la tos, las hernias, los dolores de pecho, las quemaduras y problemas de la piel.
Existen dos tipos de pasta konjac: una sumergida en un tipo de líquido gelatinoso que debe lavarse, enjuagarse para quitar el sabor amargo y luego cocinar al gusto. A su vez está la pasta seca, que se debe rehidratar en agua hirviendo por siete y ocho minutos.
La pasta puede comerse en sopa o seca, y se le pueden agregar verduras, carnes y especias. Se recomienda agregar la pasta de konjac al final de la cocción, pues ésta no necesita estar mucho tiempo al fuego.