Autoridades estatales ubican al Cártel La Familia Michoacana en al menos 20 municipios del Oriente y Tierra Caliente.
Según informes policiales, este grupo criminal extorsiona a comerciantes, agricultores y carniceros; también trafica armas y organiza el robo de combustible en los límites de Michoacán con el Estado de México.
En el Oriente, de acuerdo a información oficial, la influencia de este grupo delictivo se resiente en Zitácuaro, Hidalgo, Maravatío, Jungapeo, Tuxpan, Contepec, Epitacio Huerta, Benito Juárez, Susupuato, Tlalpujahua y Ocampo.
En la Tierra Caliente controlan las actividades delictivas en Tuzantla, Tiquicheo, Huetamo, San Lucas, Carácuaro, Nocupétaro y Madero.
Informes oficiales revelan que una de las actividades más lucrativas de La Familia Michoacana deriva del control en los rastros municipales, donde cobran derecho a los ganaderos por el sacrificio de animales para consumo humano y a los carniceros les obligan a dar una cuota por cada kilo de carne vendido.
Otra actividad identificada por las corporaciones policiales, donde este grupo delictivo impone cuotas, es la extracción y transporte de materiales para construcción como arena y grava.
La Familia Michoacana tiene sus orígenes en Apatzingán; surgió a mediados de 2006 cuando narcotraficantes locales se organizaron para combatir a Los Zetas, entonces brazo armado del Cártel del Golfo.
En 2011, el cártel michoacano se fracturó por las disputas entre Jesús Méndez Vargas, “El Chango” y Nazario Moreno González, “El Chayo”.
Tras la pelea entre los dos capos, La Familia Michoacana se quedó en manos de Jesús Méndez; mientras Nazario Moreno fundó “Los Caballeros Templarios”.
En junio de 2011, “El Chango Méndez” fue detenido en Aguascalientes y la Familia Michoacana redujo su influencia a unos municipios limítrofes con Guerrero.
Ya desde Guerrero, los hermanos Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, reorganizaron al cártel; “El Pez” y “La Fresa”, como los conocen en el mundo criminal, son ahora dos delincuentes buscados por las autoridades federales, incluso, el gobierno de los Estados Unidos ya los ha etiquetado como objetivos prioritarios.