Activistas a favor de los derechos de los animales se reunieron en la explanada del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México para generar conciencia sobre la injusticia y crueldad que viven a diario los seres sintientes que son víctimas de la explotación en diferentes industrias a nivel mundial.
Más de 600 personas y 25 organizaciones realizaron una velada en el marco del Día Internacional de los Animales que se celebró el pasado 4 de octubre. El evento fue catalogado por los mismos activistas como algo histórico, pues nunca antes colaboraron tantas agrupaciones que luchan a favor de los seres sintientes desde diferentes frentes.
Los defensores de los animales encendieron velas que simbolizaron “alumbrar la oscuridad a través de la esperanza activa”. Las organizaciones hicieron hincapié que por medio de acciones individuales se puede generar un gran cambio que beneficie a estos seres y ayude a frenar la violencia sistemática que sufren.
Arturo Berlanga, integrante de AnimaNaturalis, explicó en entrevista para Infobae que la diferencia entre el maltrato que sufren los seres de compañía y los otras especies, es que estás últimas viven una violencia legalizada que suele ser mucho peor.
“Es legal matar toros en una plaza, tener delfines en estanques muy pequeños y que hagan actividades circenses, es legal la forma en la que viven los animales, por ejemplo, las gallinas en las jaulas, las vacas en los mataderos”, comentó el activista.
El director de AnimaNaturalis compartió que gran parte del sufrimiento de sufren estas especies es el resultado de un sistema de producción de alimentos ineficiente, puesto que se utilizan muchos recursos para generar poca cantidad de comida de origen animal y que a su vez pocos humanos tienen acceso.
“Si fuera más hacia vegetales o cereales podríamos alimentar a más personas con menos recursos, menos problemas de suelo”, explicó Berlanga sobre la solución ante esta problemática mundial. “La fórmula es sencilla y la palabra clave es la seguridad alimentaria”, agregó.
Dicho término significa que las personas puedan disponer de comida de manera accesible, sin tener que gastar demasiados recursos para generar alimentos por medio de una sistema de producción eficiente.
Sandra Segovia, directora de Todos Somos Animales, compartió que nunca pensó que un evento de este estilo tuviera una respuesta así y que es la primera vez en 25 años de activismo a favor de los seres sintientes que pudo presenciar una colaboración entre diferentes organizaciones.
La activista que realizó un llamado para tener empatía por estos seres que sufren todos los días la peor cara de la violencia y explicó que se puede ayudar de diferentes maneras.
“Quitar animales de tu plato, de tu vestimenta, no comprar productos que experimente con ellos, no utilizarlos como forma de entretenimiento, no visitar lugares donde estén en cautiverio”, enlistó sobre las formas en que se puede combatir el sufrimiento de las especies.
La directora de Todos Somos Animales compartió que siempre piensa en las víctimas al momento de consumir algunos productos y esto ayuda a que sea más inspirador. “Cuando te acuerdas de las víctimas y las pones primero, pues la motivación sale de aquí y da para muchas cosas”, explicó.
Bajo el grito de “no más maltrato”, “animales libres”, “no están solos” y, “libertad y justicia”, los cientos asistentes pidieron un alto al maltrato en contra de estos seres sintientes. Los activistas recitaron poemas, cantaron y gritaron a favor de los derechos de las especies que no tienen voz, pero sí el respaldo de cientos de personas comprometidas con su bienestar.
Arturo Berlanga invitó a las personas a sembrar las semillas de la empatía, generosidad, compasión y respeto, pues lo más importante es que a partir de estas acciones florezcan valores a favor de las especies.
“Los animales tienen derechos y ahora van a tener más, tampoco lo digo yo, lo dicen los grandes juristas del mundo”, comentó Segovia sobre el futuro de las especies. “Ahora la discusión es cómo vamos aplicar lo que ya nos dijo la ciencia y el derecho”, concluyó.
