En México, la mayoría de las empresas son pequeñas o medianas. En ellas se genera la mayor cantidad de los empleos que existen en el país. Sin embargo, es el sector que menos apoyos recibe y para el cual sigue habiendo muy pocas opciones, tanto de financiamiento como de acceso a su fortalecimiento tecnológico y capacidad de innovación. La ONU declaró al 27 de junio como el día de las MiPymes, respecto del cual el Inegi ha dado a conocer datos de sumo interés.
Según los datos del Inegi captados a través de la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (Enafin, 2021), en ese año había en el país 280 mil 489 empresas, en las cuales había seis o más personas ocupadas en cada una de ellas. De esa suma, 5.1% eran empresas grandes; 6.9%, eran empresas medianas; en 35.3% de los casos eran pequeñas, y en 52.8%, eran microempresas.
Es importante mencionar que en la encuesta considerada el Inegi incluye a empresas legalmente constituidas, y que el levantamiento se realiza en localidades de 50 mil habitantes o más; por lo que estos datos no incluyen negocios no registrados formalmente ni sectores como el agropecuario.
De este modo, llama la atención que, en este universo de empresas, ha caído el nivel de la ocupación registrado en los tres últimos años para los que se dispone de información. En efecto, en 2019 el Inegi estimó en 14.5 millones el número de personas que estuvieron ocupadas por ellas. En 2020 la cantidad disminuyó a 13.73 millones y en 2021 a 13.63 millones.
En las empresas grandes, el número de personas empleadas en 2019 fue de 9.78 millones; en 2020, 9.52 millones, y en 2021, de 9.46 millones. Por su parte, en las empresas medianas la cifra del primer año referido fue de 1.55 millones; de 1.33 millones en 2020 y de 1.30 millones, en 2021. Por su parte, en las empresas pequeñas la cantidad en 2019 fue de 2.05 millones; en 2020 disminuyó a 1.87 millones y en 2021 decreció a 1.85 millones de personas empleadas. Finalmente, en el mundo de las microempresas formalmente constituidas, la cifra de personal ocupado en 2019 fue de 1.11 millones; en 2020 de 1.03 millones y en 2021 de 1.01 millones de personas.
De acuerdo con los datos del Inegi, en el total de las empresas, en el 2019 había 776 mil 605 personas que formaban parte del personal directivo; de ellas, 61.27% son hombres y 38.73% son mujeres. En el 2020, de los 754 mil 962 empleados directivos, 60.57% son hombres y 39.43% mujeres; mientras que, en 2021, de los 739 mil 154 ocupados en ese nivel, 60.92% son hombres y 39.08%, mujeres. Esto muestra que, independientemente de la variación en el número de personas ocupadas en esos cargos, la desigualdad entre mujeres y hombres no registró ninguna variación estadísticamente significativa entre los años señalados.
Según los datos del Inegi, de las 280 mil 489 empresas contabilizadas, hay 127 mil 392 que se encuentran constituidas en régimen moral del régimen general; en 104 mil 101 casos están registradas en el régimen de Persona física con actividades empresariales; en 36 mil 605 casos el registro es de Persona Física de Incorporación Fiscal; 5 mil 856 son personas morales con fines no lucrativos; mientras que en mil 229 casos están registradas sólo ante alguna instancia estatal o municipal.
De acuerdo con el Inegi, la mayoría de las empresas utilizan al menos alguna estrategia de posicionamiento. La mayoría lo hace a través de redes sociales; en segundo lugar se prefieren los sitios de internet propios a o de terceros; seguido de materiales impresos; aplicaciones móviles de las empresas, publicidad en medios masivos, anuncios en periódicos o revistas y aún en último lugar, plataformas de venta en línea como Amazon, Mercado Libre u otras. Como se observa en el gráfico, son las micro empresas las que tienen menor capacidad de promoción, lo que urge a generar más apoyos y estrategias para fortalecerlas.
De acuerdo con los datos del INEGI, al menos seis de cada diez cargos directivos en las empresas mexicanas de más de seis empleados son ocupados por hombres. Los últimos tres años para los que existe información muestran que ha habido una prácticamente nula mejoría, lo cual tiene asociado el hecho de que las mujeres continúan teniendo un menor acceso a más prestaciones, mejores salarios, pero también menos oportunidades de crecimiento profesional, laboral y personal.
