Orlando Orea estaba en la mira de las autoridades de EEUU desde octubre de 2012 y desató una búsqueda internacional.
A casi cinco años de su arresto, Orlando Orea Gutiérrez recibió una sentencia condenatoria de 94 años de prisión por haber asesinado a dos elementos de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) adscritos a Interpol México.
Los hechos ocurrieron el 26 de septiembre de 2018, según detalló la Fiscalía General de la República en un comunicado. La carpeta de investigación del caso detalló que aquel día, los agentes de la Policía Federal Ministerial (PFM) ubicaron a Orea Gutiérrez en un domicilio del Barrio San Miguel en Acatlán de Osorio, Puebla, en donde permanecía oculto.
Se dirigieron al lugar para cumplimentar una orden de aprehensión que pesaba en su contra. Sin embargo, cuando intentaron capturarlo, el ahora sentenciado los atacó con un arma de fuego. Las detonaciones causaron la muerte de los elementos Víctor Suarez Díaz y Luis Alberto Luna; además, durante su huida, Orlando Orea disparó en contra de otro uniformado, quien resultó herido.
Reportes de aquel operativo mencionaron que Orea habría resultado lesionado durante el intercambio de balas, por lo que las fuerzas de seguridad desplegaron un operativo en puntos de acceso cercanos al lugar. Además, pidieron al personal de hospitales y clínicas cercanas que contactaran a las autoridades en caso de tener contacto con el sujeto.
Un día después, según reportes de la prensa de Estados Unidos, Orea fue arrestado en la ciudad de Puebla como resultado de un operativo conjunto entre las dependencias mexicanas y el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés). Su captura le puso fin a una búsqueda internacional de cerca de seis años.
Después de haber sido detenido, Orlando Orea quedó a disposición de un agente del Ministerio Público, quien estuvo a cargo del proceso judicial en su contra y, posteriormente, obtuvo la condena de 94 años y nueve meses en prisión. Además, determinó que debía cubrir la reparación del daño moral y material en agravio de las víctimas directas e indirectas del homicidio de los agentes federales.
La búsqueda de Orlando Orea por parte del FBI comenzó el 7 de octubre de 2012, luego de que las autoridades de EEUU recibieran el reporte de que Michael Jones, entrenador del equipo de fútbol New York Red Bulls, había sido asesinado.
Jones, quien tenía 25 años de edad en aquel entonces, había salido con su novia la noche anterior, pero alrededor de la medianoche cada quién tomó un camino diferente a sus respectivos hogares.
Grabaciones de las cámaras de videovigilancia revelaron que, cerca de las 04:30 horas de ese día, Jones fue visto junto con Orlando en East 14th Street, una de las principales calles del barrio de Manhattan, en Nueva York.
Según los reportes periodísticos que retomaron las indagatorias oficiales, ambos sujetos habrían sostenido una discusión y, en plena vía pública, Orlando Orea apuñaló a Jones en múltiples ocasiones. Los cuerpos de emergencia encontraron el cuerpo de la víctima con la oreja izquierda cortada, heridas en el cuello y el torso sobre un charco de sangre.
Aunque Jones fue trasladado de urgencia al Bellevue Hospital Center, el personal médico declaró su muerte en cuanto llegó a la unidad médica.
Fue después de un par de días que los detectives especializados en homicidios identificaron a Orea como el principal sospechoso y lo boletinaron para evitar que saliera del país. Sin embargo, para ese entonces, ya había tomado un vuelo sin regreso con dirección a México.
Jones había dirigido al equipo juvenil de los Red Bulls por cinco años, por lo que era reconocido entre las personas aficionadas a dicho deporte. Su funeral se realizó en Preston, Lancashire, Inglaterra, al cual asistieron cientos de personas, así como a un homenaje organizado en la ciudad de Nueva York.