Después de 52 largos años de espera, los Knicks de Nueva York volvieron a levantar un trofeo dentro de la NBA.
El equipo neoyorkino se coronó campeón de la NBA Cup tras vencer 124-113 a los San Antonio Spurs en la Final disputada en Las Vegas.
Bien dicen que no hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza, y parece que debía aparecer un líder como Jalen Brunson para que los Knicks celebraran un campeonato por primera vez desde 1973.
Y lo hicieron aún sin una espectacular presentación de su súper estrella, pues Brunson no destacó como generalmente lo hace gracias a un gran plan defensivo de los Spurs.
El base de 29 años anotó 25 puntos, pero realmente nunca pudo encontrase cómodo dentro de la duela debido a que los rivales le cerraron constantemente el acceso a la pintura y lo mantuvieron controlado con una doble marca en varias ocasiones.
Sin él como protagonista, la ofensiva neoyorkina no lució tan imponente y eso fue aprovechado por San Antonio, que fue muy superior durante los primeros tres cuartos y que en algún momento llegó a tener una ventaja de 10 puntos.
Sin embargo, la juventud e inexperiencia de su roster le pasó factura a los Spurs, al no poder concretar esa superioridad y sentenciar el encuentro cuando tuvieron la oportunidad.
Para el último cuarto el aro se cerró y los fallos en momentos claves comenzaron a aparecer, limitando su ataque aún con la presencia de Victor Wembanyama en la duela.
Eso, combinado a un cierre de partido arrollador en ambos lados del balón por parte de los de NY, dio como resultado la victoria y el campeonato para unos Knicks que finalmente le dieron algo que festejar a su gran base de fanáticos.
