Ganaderos de Estados Unidos pretenden que cuando vuelva a abrir la frontera para la exportación de ganado mexicano en pie, haya una limitación en la cantidad de reses, así como una tarifa arancelaria de una cuarta parte del precio.
La organización ganadera R-CALF USA, que representa a 4 mil productores estadounidenses, fue la que propuso a la Casa Blanca de EE.UU. lo anterior dentro del T-MEC, lo cual busca el arancel del 25% a las importaciones de reses vivas sólo de México y Canadá.
También plantean un arancel específico por kilogramo a la carne de res de México, Canadá y otros países, así como límites por cada país. En el caso de la carne mexicana, la cuota máxima sería de 96.6 millones de kilogramos por año.
La propuesta refiere que las importaciones de EE.UU. que estén por debajo de esa cuota máxima estarían sujetas a un arancel de 1.68 dólares por kilogramo y las que estén por encima, de 6.55 dólares por kilogramo.
R-CALF USA acusa que «el ganado vivo importado de Canadá y México es un sustituto directo del ganado nacional producido por los criadores de vacas y becerros en Estados Unidos. Cada cabeza de ganado importada equivale aproximadamente a una vaca menos criada y parida por productores nacionales».
«Los aproximadamente 2 millones de cabezas de ganado importadas cada año desincentivan a los productores estadounidenses de criar las cerca de 2 millones de vacas de carne necesarias para producir los becerros que satisfacen la demanda interna de carne de res».
Cabe aclarar que actualmente la exportación de reses vivas de México a Estados Unidos permanece cerrada y hasta el momento no hay fecha de reapertura.







