Kylian Mbappé cerró su primera temporada con la camiseta del Real Madrid de una forma muy distinta a como lo imaginó cuando se anunció su traspaso en el verano pasado.
El estelar francés salió del París Saint-Germain entre controversia por diferencias con la directiva que lo llevaron a presentar una demanda por un adeudo de 55 millones de euros, pero con la ilusión de por fin dejar a un equipo que siempre se topó con pared en los intentos de ganar una Champions League, al llegar al máximo vencedor de esa competencia: el Real Madrid.
Pero a la hora de la cuenta tras este primer año, Mbappé no pudo obtener la Champions, tampoco la Liga en España ni la Copa del Rey y el colofón fue el no poder jugar a plenitud el Mundial de Clubes por gastroenteritis y caer en la Semifinal del torneo justo frente a su ex equipo.
De forma paralela, PSG se agenció la Champions y está a punto de consolidar, salvo lo que opine el Chelsea en la Final, un año de ensueño si redondea con la conquista de la justa mundialista.
Considerado por muchos el mejor jugador del mundo, Mbappé quedó lejos de sus objetivos como jugador merengue y el PSG creció por fin, ya sin él.
