Es Tyrese Haliburton.
Llegó a las finales de la Conferencia Este el año pasado y perdió por barrida. Fue a los Juegos Olímpicos el verano pasado y no sumó muchos minutos. Comenzó esta temporada con altas expectativas, pero sus Pacers de Indiana iniciaron la campaña con marca de 10-15 y además de eso, algunos de sus compañeros de la NBA evidentemente piensan que estás sobrevalorado.
Le molestó.
«Creo que como grupo, tomamos todo de manera personal», dijo Haliburton. «No soy solo yo. Es todo el mundo. Siento que ese es el ADN de este grupo y no soy solo yo».
La ira alimentó el enfoque, el enfoque se convirtió en confianza, y gracias a esa confianza tienen ventaja de 1-0 en las Finales de la NBA. La inclinación de Haliburton por los heroísmos de último segundo se dejó ver nuevamente el jueves. Su disparo con 0,3 segundos restantes ya es parte de la historia de las Finales tras darle la victoria 111-110 a los Pacers sobre el muy favorecido Thunder de Oklahoma City.
Los Pacers lideraron durante 0.0001% de ese juego. Fue suficiente.
«Cuando se trata de los momentos, él quiere el balón», indicó su compañero Myles Turner. «Él quiere ser el que haga ese tiro. No se acobarda ante el momento y es muy importante en esta época del año tener a alguien a quien acudir».
Haliburton ha atinado 4 de 4 en los últimos dos segundos del cuarto periodo y tiempo extra en estos playoffs, todos esos tiros les dio la victoria o envió el juego al tiempo extra antes de ganar.
El resto de la NBA, en esas situaciones esta primavera: 4 de 26, combinado.
«NO PUEDES INVENTARLO», publicó en la red social X la jugador del Fever de Indiana de la WNBA, Caitlin Clark.
Si Haliburton toma uno de esos tiros contra el reloj en los primeros tres periodos de juego en estos playoffs, es un simple mortal, pero con el juego en la línea, es perfecto.
«No quieres vivir y morir con el mejor jugador del otro equipo tomando un tiro ganador con un par de segundos restantes», dijo el guardia del Thunder, Alex Caruso.
Especialmente cuando es Haliburton. Solo pregúntale a Milwaukee. O a Cleveland. O a Nueva York. Todos podrían haberle dicho a Oklahoma City quién iba a tomar el gran tiro y lo que probablemente iba a suceder.
Contra los Bucks el 29 de abril, fue una bandeja con 1,4 segundos restantes que culminó una remontada de siete puntos en los últimos 34,6 segundos del tiempo extra. Los Pacers ganaron y pusieron fin a la serie.
En Cleveland el seis de mayo, fue un triple con 1,1 segundos por jugar en la victoria 120-119 —culminando una remontada de siete puntos en los últimos 48 segundos.
En el Madison Square Garden contra los Knicks el 21 de mayo, un juego que los Pacers perdían 121-112 con 51,1 segundos restantes, Haliburton disparó cuando se agotaba el reloj para forzar el tiempo extra, Indiana ganó nuevamente.
Pero estas finales están lejos de terminar, y él lo sabe. El segundo encuentro es el domingo en Oklahoma City.
«De nuevo, otra gran remontada, pero hay mucho más trabajo por hacer», dijo Haliburton. «Eso es solo un juego. Y este es el mejor equipo de la NBA, y no pierden a menudo. Así que esperamos que respondan. Tenemos que estar preparados para eso. Tenemos un par de días para ver videos, ver dónde podemos mejorar».
Haliburton está en su primer año de un contrato supermax que le pagará alrededor de 245 millones de dólares. Ya ganó una medalla de oro olímpica y seguramente será un candidato para disputar los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028. Y oficialmente es un héroe certificado de postemporada, en los momentos finales cruciales.
Tres victorias más, y también será un campeón de la NBA. La ira se ha ido. Haliburton no dejaba de sonreír después del juego 1, por razones obvias.
«Confianza máxima, máxima en sí mismo», dijo Turner. «Algunos jugadores dirán que la tienen, pero hay otros jugadores que lo demuestran, y él te lo hará saber también. Eso es una de las cosas que respeto de él. Es un jugador y un competidor y realmente solo un jugador de juegos».
Y en su debut en las Finales de la NBA, Haliburton le recordó al mundo que ese es el caso.
