Justin Verlander por fin saboreó la victoria como jugador de los Gigantes de San Francisco. El veterano lanzador se sacudió una racha negativa de 16 aperturas sin ganar y firmó cinco sólidas entradas en blanco para encaminar a su equipo a un triunfo de 9-3 sobre los Bravos de Atlanta.
A pesar de conceder cinco bases por bolas, Verlander solo permitió un imparable y recetó tres ponches, completando 98 lanzamientos que le bastaron para acreditarse la victoria. No ganaba un juego desde el 28 de septiembre de 2024, cuando todavía vestía el uniforme de los Astros.
El triunfo tuvo un sabor especial para el experimentado derecho, quien fue sorprendido por sus compañeros con una botella de vino como reconocimiento por su esperado aporte. “Estoy contento de que pude ayudar, finalmente”, expresó emocionado tras el encuentro.
Los Gigantes aprovecharon el poder ofensivo para sentenciar el juego temprano. Rafael Devers fue la figura al conectar un cuadrangular solitario en el quinto capítulo y luego un jonrón de tres carreras en la sexta, consolidando una ventaja de 6-0 que Atlanta ya no pudo revertir.
Con esta victoria, San Francisco aseguró la serie ante los Bravos, algo que no conseguía desde que enfrentó a los Filis entre el 7 y el 9 de julio. La actuación de Verlander representa una inyección de confianza para una rotación que busca mayor estabilidad.
Más allá de los números, la victoria representa un giro emocional tanto para el pitcher como para el equipo, que ahora ve en Verlander una pieza clave para la segunda mitad de la campaña.
