Londres.- Las emociones de Lewis Hamilton quedaron al descubierto en el Gran Premio de Hungría.
En la sesión de calificación, el británico quedó eliminado en el segundo corte y en la carrera se estancó en el puesto 12, causándole decepción y una autocritica agresiva, al llamarse inútil.
La reacción del 7 veces campeón de la Fórmula Uno estaba justificada, pues su compañero en Ferrari, Charles Leclerc, consiguió la pole y por momentos, peleó por la victoria.
Esta actitud de Hamilton no sorprende en el garaje de Mercedes donde pasó más de 10 años, pues tuvo sus momentos de presión como la pelea interna con Nico Rosberg en 2016 y al perder la corona en 2021 frente a Max Verstappen, de Red Bull.
«No, fue Lewis llevando su corazón en la mano. Es en gran medida lo que sintió cuando se le preguntó después de la sesión, estaba muy crudo, dudaba de sí mismo, y lo hemos tenido en el pasado, que cuando sintió que había rendido por debajo de sus propias expectativas, ha sido emocional.
«Es emocionalmente transparente desde que era joven y adulto, así que se va a castigar a sí mismo. Es el mejor de todos los tiempos y siempre lo será, y nadie se lo va a quitar, y seguro que ni un solo fin de semana o temporada de carreras que no haya ido según lo previsto», dijo Toto Wolff, jefe de las Flechas Plateadas.
¿Despertará Hamilton en las 10 carreras que restan del calendario?
