viernes, junio 27, 2025

¿TE PONES EL PROTECTOR SOLAR DE LA FORMA CORRECTA?

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Probablemente sabes que tienes que ponerte protección solar. Y probablemente conozcas los efectos de no hacerlo: una exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) puede acelerar los signos del envejecimiento, empeorar las afecciones cutáneas e incluso provocar cáncer de piel, por no hablar de dejarte una dolorosa quemadura. Pero, ¿cuándo y cuánto protector solar debes aplicarte? ¿Importa de qué tipo? ¿Y qué hacer si, a pesar de tus esfuerzos, te quemas? Aquí, expertos en cosmética y cuidado de la piel comparten sus consejos para proteger tu cuerpo, de la cabeza a los pies.

Los protectores solares pueden ser químicos o minerales. Generalmente, los protectores solares químicos protegen la piel absorbiendo los rayos UV, mientras que las fórmulas minerales o físicas ayudan a desviar los rayos de la piel. No obstante, no hay grandes diferencias en su funcionamiento; los protectores solares minerales que contienen óxido de zinc y dióxido de titanio también pueden absorber una gran cantidad de UV, según Michelle Wong, científica cosmética residente en Sídney, Australia.

“Ninguno [protector solar químicos o mineral] es intrínsecamente mejor para la piel”, dijo Elyse Love, dermatóloga de Nueva York, pero las fórmulas químicas pueden irritar la piel sensible. Por otra parte, muchos protectores solares minerales pueden dejar un tinte blanco, sobre todo en los tonos de piel más profundos, debido al color natural de sus ingredientes. “El mejor protector solar es el que realmente te pongas”, dijo Lily Njoroge, esteticista y propietaria del spa médico Skin Wins de Brooklyn. Para la cara, Love recomienda UV Clear SPF 46 de EltaMD y Sunbetter Sheer SPF 70 de Skinbetter Science, o las versiones tintadas de ambos productos, que son menos visibles en la piel. Para el cuerpo, le gusta Play Everyday Lotion SPF 50 de Supergoop y Unseen Sunscreen Body SPF 40, que tienen fórmulas químicas resistentes al agua y al sudor. La loción Hydro Boost Water Gel FPS 50 de Neutrogena es una buena opción de venta en farmacias.

Elijas el producto que elijas, debe ser de amplio espectro, es decir, que proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB, estos últimos contribuyen a las quemaduras solares. El FPS —o Factor de Protección Solar, una medida de la eficacia de un protector solar frente a la radiación UV— debe ser al menos de 30. Pero Love sugiere que un FPS de 50 o superior podría ser mejor si tu piel es especialmente sensible debido a afecciones como la rosácea o el lupus, tratamientos tópicos como exfoliantes químicos o retinoides, o a la depilación, ya sea con láser o con cera.

¿Cuándo debo utilizar protección solar?

Debes usar protección solar en cualquier parte expuesta del cuerpo durante todo el año, independientemente del tono de tu piel, e incluso en días nublados o fríos. La mayoría de los expertos recomiendan usar al menos un vaso de chupito, o una onza, en el cuerpo, sobre todo si solo llevas bañador o estás mínimamente cubierto. La cara debe recibir una cantidad del tamaño de una moneda de cinco centavos de Estados Unidos, como último paso en tu rutina de cuidado de la piel. Sin embargo, Love considera que la regla de los tres dedos es más fácil de recordar: cubre la longitud de tres dedos con protector solar y aplícatelo en la cara y el cuello.

No te olvides de zonas a menudo olvidadas como las orejas, el cuero cabelludo, las manos, la línea del bikini, los pies y especialmente los labios, que Njoroge señala que son “una de las partes más vulnerables de nuestro rostro”. Recomienda el Bálsamo Labial SPF 30 de Sun Bum, el Protector Labial + Protector Solar SPF 30 de Aquaphor y, para quien le guste un poco de brillo, el Bálsamo Labial SPF 30 Isle de Cay Skin.

El protector solar debe reaplicarse cada dos horas y siempre que el cuerpo haya estado en contacto con el agua, “aunque solo hayan pasado 15 minutos” desde la última aplicación, dijo Love. La ropa de protección solar y los bañadores también pueden ser útiles para actividades prolongadas al aire libre, dijo: “Merecen muchos más elogios porque llenan el vacío para cuando la reaplicación del protector solar no es práctica y no hay que adivinar si te has puesto suficiente, como ocurre con el protector solar”. Busca un UPF, o Factor de Protección Ultravioleta, de al menos 30; es probable que la clasificación aparezca en la etiqueta de las prendas que han sido probadas.

“El pelo es un protector solar natural para el cuero cabelludo”, dijo Love, pero tu melena puede sufrir daños por el sol, que suelen manifestarse como cambios de color, incluido el encanecimiento. Sugiere llevar sombrero para proteger el pelo, las orejas y el cuero cabelludo, y cambiar la raya del pelo en los días con niveles de UV especialmente altos —la mayoría de las aplicaciones meteorológicas para móvil incluyen esta medida, conocida como índice UV— o cuando tengas previsto exponerte mucho al sol. También puedes aplicar un protector solar ligero directamente sobre el cuero cabelludo; tanto Love como Njoroge recomiendan Sun Bum’s Scalp & Hair Mist SPF 30 y Coola’s Scalp & Hair Sunscreen Mist para una aplicación fácil.

¡Ayuda! me quemé con el sol. ¿Qué hago?

Las quemaduras no siempre son evidentes de inmediato, por lo que es importante buscar signos más sutiles de daño cuando estés al sol. Si tu piel tiene un tono rosado o rojo o está caliente al tacto, Love aconseja buscar la sombra.

Una vez identificada una quemadura, dice Njoroge, es crucial calmar y tratar cualquier inflamación. Las quemaduras graves pueden requerir atención médica pero, para los casos más leves, “cualquier cosa que pueda reducir la temperatura de la piel”, dice, “reducirá las molestias y potencialmente la hiperpigmentación postinflamatoria”. He aquí su rutina refrescante favorita para después del sol:

Mete la Honey Potion Plus de Farmacy, una mascarilla hidratante con antioxidantes calmantes de la piel, en el refrigerador durante una hora y luego aplícala en el rostro de 10 a 15 minutos. (El gel de aloe es una alternativa económica.)

Dúchate con agua fría y sécate la piel con palmaditas suaves, en lugar de frotarla y agravarla aún más.

Aplica una compresa fría en las zonas irritadas durante 10 minutos.

Lleva ropa holgada hasta que se te haya curado la piel.

“La piel es mucho más reactiva cuando se cura de una quemadura solar”, dijo Love, “por lo que incluso los productos bien tolerados anteriormente pueden desencadenar una reacción o retrasar la curación”. Evita el uso de ingredientes activos como la vitamina C, los retinoles y los ácidos exfoliantes. Hasta que la quemadura haya remitido, prefiere productos suaves que potencien la hidratación, como el limpiador facial suave hidratante Toleriane de La Roche Posay y la crema protectora restauradora Cicalfate+ de Avène. También recomienda terminar tu rutina cubriendo la zona afectada con una fina capa de vaselina para ayudar a sellar la hidratación. En pocas palabras, dijo Love, tu rutina de cuidado de la piel tras una quemadura debe “mimar la piel”. Pero, por supuesto, la prevención es siempre la mejor cura.

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