viernes, junio 6, 2025

REVELAN SECRETOS DE HERBOLARIA PARA LA MATERNIDAD

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CDMX.- El mundo de las plantas alberga una botica llena de remedios naturales para atender las diferentes necesidades de quienes se convierten en madres.

Desde chayote para disminuir la preeclampsia, frambuesa para facilitar las contracciones uterinas o estafiate para recuperarse luego del parto, sólo por mencionar algunos de los numerosos ejemplos que la bióloga y etnobotánica Mirsa Eréndira Aguirre Lara (CDMX, 1979) reúne en su último libro, Herbolaria femenina. Embarazo, parto y lactancia.

«Se trata de enseñar el uso seguro de estas plantas que están en el argot, en el imaginario, en el pensamiento», resalta en entrevista la autora, quien a lo largo del volumen va precisando en qué momento y para qué utilizar cada una de las más de 40 plantas enlistadas, entre frutas, verduras, hierbas, hojas, leguminosas y demás especies.
Así, por ejemplo, Aguirre habla de los baños de manzanilla para aliviar la inflamación de las piernas en las embarazadas, pero advierte sobre tomarla en infusiones dado que sus efectos vasodilatadores pueden provocar parto prematuro.
Asimismo, si bien la capitaneja -planta mexicana cuyas flores color naranja adornan las carreteras de Morelos- es inductora del parto y facilita la expulsión del bebé y la placenta, la autora sugiere que se consuma cuando haya la dilatación adecuada.

Desconocer ese tipo de detalles, opina Aguirre, ha hecho que quienes practican la herbolaria más desde una «intuición malentendida» que desde el conocimiento ancestral puedan llegar a cometer actos bárbaros.
«Por ejemplo, hay una tradición muy común de recomendar a las mujeres tomarse ruda antes del parto para facilitarlo. Y ésta ha sido una práctica que, si bien es real y tiene todas las condiciones la planta para favorecer el empuje de un nacimiento, si no se hace en el momento justo de la apertura del canal vaginal, puede provocar desgarres o la muerte tanto del niño o de la madre», expone.
En su caso, Aguirre sostiene que lo que respalda esta divulgación de plantas de uso comestible y medicinal es el esfuerzo que ella hace por comprender los procesos subyacentes; «empiezo a analizar de dónde proviene, si existe algún elemento desde la ciencia que justifique su uso», comparte.
«Por eso también la bibliografía (incluida al final del libro) es extensa, porque todo está justificado con la gran investigación que ha hecho la farmacopea», añade la especialista. «Considero que la manera de hacernos de este conocimiento sin charlatanería es la investigación».

Publicado de forma independiente, y con ilustraciones de la propia Aguirre para cada una de las plantas, el libro es la segunda entrega de la colección Biblioteca de la Diosa, iniciada hace unos años con un volumen dedicado a la menstruación y a la que próximamente se sumará un tercer título enfocado en climaterio y menopausia.
Al igual que con la publicación anterior, la autora no sólo incluye un recetario con preparaciones de las plantas enlistadas, sino que arranca con un vistazo antropológico a la maternidad desde distintas divinidades: de Gea, diosa primigenia de la mitología griega, a Miliujia, madre y maestra de la humanidad en la cultura Zhuang, hasta la Pachamama de los pueblos andinos o Mayahuel, que en el imaginario mexica alimenta a sus 400 hijos conejos con el pulque que emana de sus numerosos pechos.
«Es una oda a la maternidad, es una oda a la creación, a la mujer y a las plantas que han sido cultivadas y han sido relacionadas a esos mitos», subraya Aguirre.
«(Busco) que muchas mujeres entiendan el proceso de gestación, el embarazo, el parto y la lactancia como algo propio, como algo glorificado en algún momento de las culturas, y que hay plantas que las pueden ayudar como un manual, una especie de guía para llevar a buen término una gestación de manera natural», agrega.

La autora incluso abre con un poema titulado Nosotras: «A las mujeres se nos olvida / nos enseñaron a olvidarnos / que somos las hijas de Isis / y las hermanas de Artemisa / que llevamos la divinidad dentro / y la hacemos explotar con un nacimiento», plasma quien originalmente pensó que escribiría este libro ya siendo madre, lo cual aún no ocurre, pero mantiene el deseo.
«Es una pregunta que nos planteamos muchas mujeres: ¿Realmente es un deseo ser madre?, ¿realmente es algo que tengo que cumplir, porque es muy maravilloso, porque es mi creación plena, porque para eso fui hecha? Esa es una discusión que todavía tengo, y estoy al cuarto para las 12», bromea la especialista, refiriendo además lo que algunas alumnas le cuentan: «No te pierdes de nada. Está idealizado».
«Pienso que es un hecho biológico que puedes o no tener por estar vivo; no vienes con ese objetivo, simplemente es algo que ocurre al estar vivo. Y en el feminismo desbordante que vivimos estamos volteando a ver todas las posibilidades de ser mujeres; el ser madre es una faceta más. (…) También nos desbordamos en un orgasmo, también nos desbordamos escribiendo, también nos desbordamos en muchas otras posibilidades de ser mujeres».

Aguirre, quien adelanta querer escribir ahora sobre los efectos benéficos de las plantas en hombres, presentará el segundo título de Herbolaria femenina… el 11 de junio en el Museo de la Ciudad de México, y el 28 del mismo mes en el Huerto Roma Verde. Los detalles se pueden consultar en sus redes -@mirsaerendira en Instagram-.

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