El Gobierno de Estados Unidos revocó las visas de por lo menos 50 políticos mexicanos como parte de las medidas para combatir cárteles y posibles aliados, según nuevo reporte.
Informó la agencia británica Reuters que dos funcionarios mexicanos le dieron a conocer que ya son más de 50 los servidores públicos que se han quedado sin visas.
Son más de 50 políticos del partido en el gobierno, Morena, pero también habría unas decenas de los demás partidos políticos mexicanos.
Destaca la publicación que solo algunos casos han salido a la luz, como la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, así como alcaldes y diputados de otras partes de México, pero no dieron una lista completa.
La propia Marina del Pilar ha negado toda relación con el crimen organizado.
Con el nuevo reporte encontraron que la cancelación de visas va a una dimensión mucho mayor de lo que parecía anteriormente.
Para hacer contraste, consultaron a tres exembajadores estadounidenses que si bien dijeron que la revocación de visas ya ha ocurrido en gobiernos anteriores, no en este grado.
La exembajadora Roberta Jacobson ha dicho que suelen ocurrir las revocaciones de visas para políticos con una condena o un caso penal en curso.
Esto significa que la administración de Trump, a través del Departamento de Estado que dirige Marco Rubio, está aplicando nuevas formas de presión política sobre México con el retiro de visas.
Los políticos a los que les están quitando la visa forman -por lo menos- parte de las investigaciones de posible relación con los cárteles del narcotráfico, como pueden ser posibles negocios que están involucrados en la estructura financiera.
El “Quitavisas”.
La publicación también refiere a Christopher Landau, exembajador en México y quien es actualmente subsecretario de Estado, prácticamente el número 2 del Departamento que encabeza Marco Rubio.
A Landau lo han apodado -y él ha aceptado el apodo- de “El Quitavisas”, pues ha estado procediendo a ordenar la cancelación de visas a quienes lanzan ofensas contra Estados Unidos desde redes sociales.
Esta medida recibe el respaldo del gobierno de Trump, sosteniendo que la visa es un privilegio.
