¿Alguna vez te has preguntado qué sucede con tus niveles de azúcar en sangre mientras duermes? Suceden muchas más cosas de las que crees. Veamos por qué puedes sentirte bien o aturdido por la mañana.
El guardián de la glucosa
Primero lo primero, hablemos de la insulina. El trabajo de esta hormona es garantizar que la glucosa, la principal fuente de energía de nuestro cuerpo, llegue a donde debe ir. E incluso mientras duermes, la insulina sigue trabajando arduamente para garantizar que tus niveles de azúcar en sangre se mantengan bajo control.
El ciclo sueño-glucosa
El sueño y el nivel de azúcar en sangre están íntimamente relacionados y forman una relación cíclica: de la misma manera que el sueño afecta los niveles de azúcar en sangre, estos también influyen en el sueño. Hay muchas investigaciones que sugieren que las personas con niveles elevados de glucosa pueden dormir peor y tener menos energía.
Levántate y brilla
¿Has oído hablar alguna vez del fenómeno del amanecer ? Es como el despertador incorporado en tu cuerpo, pero en lugar de despertarte con un suave timbre, le da un empujoncito a tu hígado para que empiece a producir glucosa. Este proceso natural ocurre entre las 3 y las 8 de la mañana, lo que le da a tu cuerpo la energía que necesita para despertarse y aprovechar el día.
En la mayoría de las personas que no tienen diabetes, la insulina interviene para controlar el aumento repentino de glucosa. Envía señales a las células musculares, grasas y hepáticas para que absorban el exceso, manteniendo estables los niveles de azúcar en sangre .
Dulces sueños
Comprender la relación entre la glucosa y el sueño puede ayudarle a despertarse sintiéndose renovado y preparado para afrontar lo que le depare el día. Así que la próxima vez que se acueste en la cama, recuerde que sus niveles de glucosa están trabajando arduamente para garantizar que se despierte sintiéndose lo mejor posible.
