La gobernadora Maru Campos Galván mostró su rechazo por la reforma a la Ley de Aguas Nacionales, que implicaría una afectación a los productores y los pozos. Sin embargo, pidió no confundir sus implicaciones, pues no guarda relación con la entrega de agua a Estados Unidos.
Entrevistada por medios de comunicación, la mandataria estatal calificó la iniciativa impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo como una legislación catastrófica, que perjudica, sobre todo, a los trabajadores del sector pecuario en el Estado de Chihuahua.
Entre sus puntos medulares, recordó, contempla eliminar la posibilidad de transmitir los derechos sobre las concesiones de agua otorgadas por el Estado Mexicano, un factor que, según han advertido los campesinos, reduce sobremanera el precio de los terrenos y centraliza la administración del recurso hídrico.
“No, no estoy a favor de la Ley de Aguas Nacionales, porque se le elimina el derecho a quienes han trabajado la tierra a través de los pozos con la intención de transmitir la propiedad”, dijo.
La titular del Poder Ejecutivo Estatal recordó que Chihuahua ha atravesado por una crisis en materia hídrica en los últimos años, a tal grado que hasta junio del año en curso, antes del ingreso del monzón mexicano, gran parte de los 67 municipios atravesaban por niveles extremos de sequía.
“No creo que ningún otro estado de la República tenga el problema tan grande del agua como lo tiene el estado de Chihuahua. Cambiar el proceso con el cual se manejan los pozos en el estado de Chihuahua es catastrófico para para los chihuahuenses”, mencionó.
INFORMACIÓN DE TIEMPO.COM.MX







