Prestar tu tarjeta bancaria o tu nombre para que otra persona haga compras o realice transacciones puede parecer un favor inofensivo, pero la realidad es que esta práctica podría tener serias repercusiones legales.
En algunos casos, podrías enfrentarte a cargos de fraude, lavado de dinero e incluso a la cárcel. Es fundamental entender los riesgos que implica esta acción, especialmente en el contexto de las leyes mexicanas.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), prestar tu nombre o tus cuentas bancarias para realizar actividades ilegales, como la compra de productos obtenidos de forma ilícita, puede ponerte en la mira de las autoridades.
Según el artículo 400 bis del Código Penal Federal, el lavado de dinero es un delito grave, y si prestas tu tarjeta o tu nombre con la finalidad de ocultar el origen de recursos de procedencia ilícita, podrías ser considerado cómplice de ese delito. Las penas por este tipo de delitos pueden incluir prisión.
Además, existen casos en los que el prestador de la tarjeta o el nombre no sabe que la persona que lo utiliza está cometiendo un delito. Sin embargo, el hecho de estar involucrado indirectamente puede resultar en consecuencias legales graves.
Por ello, es recomendable ser muy cauteloso al permitir que otras personas hagan uso de tus cuentas bancarias o de tu información personal.
