jueves, agosto 14, 2025

LOCURA EN JAPÓN: CANCELAN CARTAS POKEMÓN POR DESPERDICIO DE COMIDA

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La locura por las cartas de Pokémon resurgió, pero no en los Costco de Estados Unidos, sino en los McDonald’s de Japón, a un grado tal que desató desperdicios de comida.

Todo empezó el 9 de agosto, fecha en la que la cadena de hamburguesas lanzó su nueva promoción para entregar una serie de cartas de edición especial de Pokémon.

Con cada Cajita Feliz venía un paquete de cinco cartas coleccionables y la atención se centró en una: Un Pikachu a punto de comerse una hamburguesa.

La carta promocional.

Las cartas de Pokémon se han vuelto extremadamente populares, tanto por quienes compiten en el juego, como quienes simplemente se dedican a coleccionarlas. Y aquellas de edición especial son muchísimo más codiciadas, como las de esta promoción que lleva el logo de McDonald’s.

El desastre.
El primer día se formaron enormes filas, el furor se desató entre fans del juego de cartas (TCG, por sus siglas en inglés) pero también atrajo múltiples revendedores.

Cada Cajita Feliz cuesta 500 yenes, unos 63 pesos. Algunos comenzaron a revender la carta de Pikachu sola por unos 2 mil 500 yenes, unos 320 pesos.

En internet encontraron paquetes de cinco cartas de hasta 24 mil yenes, es decir, 3 mil pesos.

Esto generó otro problema, el más grave, pues los revendedores compraban múltiples Cajitas Felices y dejaron la comida tirada, en el suelo, en las calles o justo afuera de las sucursales.

Ante esto, limitaron la compra en hasta cinco Cajitas Felices por cliente. Pero hasta ese límite se lo saltaron, volviendo a formarse en la fila para la compra de más productos.

En un caso intervino la policía por una riña entre revendedores.

Pidió McDonald’s a los clientes que consumieran el alimento y no fueran solamente por la Cajita Feliz.

Se disculparon por los problemas causados a los clientes que suelen visitar al restaurante de comida rápida o que incluso válidamente quieren conseguir las cartas.

La promoción iba a durar tres días pero se quedaron sin cartas y finalmente decidieron terminarla de inmediato, al notar también el gran desperdicio de comida.

La reventa se desató en internet, incluso para enviarlas a coleccionistas en China.

Medios entrevistaron a un niño, quien lamentaba lo ocurrido: “si los adultos siguen comprando, los niños no podrán conseguir cartas”.

La noticia se volvió internacional, con las imágenes de comida desperdiciada, las enormes filas y los infladísimos precios de la reventa de cartas, más aún porque las que están en japonés son muy codiciadas hasta en países occidentales.

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