Los Mavericks se encaminan hacia una etapa de reconstrucción tras la salida de Nico Harrison, y todo apunta a que Anthony Davis será la pieza central para recuperar activos y enderezar el proyecto a futuro.
Davis, quien en su carrera ya protagonizó dos megatraspasos, llega a este punto en un contexto muy distinto. A sus 32 años, con un historial de lesiones y sin el tiro exterior que alguna vez se proyectó, su valor ha caído respecto a las operaciones previas. Sin embargo, sigue siendo un interior élite capaz de influir en ambos costados de la cancha y producir cifras de estrella cuando está saludable.
La situación de los Mavericks empuja a un movimiento inmediato. El equipo no controla sus primeras rondas entre 2027 y 2030, por lo que una reconstrucción profunda en 2026 dependerá de cómo gestionen ahora el futuro del veterano pívot. Además, su presencia limita el desarrollo del joven núcleo encabezado por un prospecto de 18 años que ocupa su misma posición natural.
Dallas entiende que no obtendrá un retorno descomunal, pero confía en que exista un mercado dispuesto a apostar por Davis como pieza final para competir. Sus promedios antes de llegar a los Mavericks (26 puntos y 12 rebotes) y su capacidad defensiva siguen seduciendo a franquicias que buscan un impulso inmediato sin pagar un precio excesivo.
La directiva evalúa a las 29 franquicias disponibles, identificando posibles socios que vean en Davis una oportunidad. Aunque ningún destino luce obvio, varios equipos podrían considerarlo un riesgo asumible si creen que los acerca al título. Con su elegibilidad para una extensión en verano y su situación contractual presionando el reloj, el escenario más probable es que Dallas cierre un traspaso en los próximos meses.







