Cuando las temperaturas se disparan y el sol parece insoportable, lo primero que muchas personas piensan es en tomar una bebida bien fría para refrescarse.
Sin embargo, eso que parece una buena idea podría no serlo tanto. De acuerdo con expertos en salud, tomar bebidas frías en días de calor extremo puede afectar al cuerpo, y no de la mejor manera.
Nuestro cuerpo trabaja todo el tiempo para mantener una temperatura interna estable, incluso cuando afuera hace mucho calor.
Esto lo hace mediante un sistema natural de enfriamiento que incluye sudoración, respiración y regulación del flujo sanguíneo.
Pero si en medio del calor extremo tomas una bebida muy fría, lo que sucede es que el cuerpo detecta ese cambio brusco y reacciona tratando de “protegerse”. ¿Cómo?
Se contraen los vasos sanguíneos, lo que hace más difícil que el calor interno salga.
Puedes sudar más después de un rato, porque el cuerpo intenta compensar.
Si comiste y tomas algo muy frío, tu digestión puede volverse más lenta o molesta.
Todo esto puede llevarte a sentirte más cansado, con malestar estomacal, con mareo o incluso con síntomas parecidos al golpe de calor, sobre todo si no estás bien hidratado o si has estado expuesto al sol mucho tiempo.
