El jamón es un alimento muy común en la cocina mexicana. Se usa en tortas, sándwiches, desayunos y hasta en quesadillas. Su sabor y practicidad lo hacen uno de los embutidos más consumidos. Sin embargo, comerlo en exceso puede afectar la salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), consumir carnes procesadas como salchichas, tocino y jamón puede aumentar el riesgo de cáncer de colon y otros tipos como el de páncreas y próstata.
Por esta razón, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un análisis para saber qué tan buenos son estos productos. A través de la Revista del Consumidor, se revisaron varias marcas y encontraron que 12 productos se venden como jamón, pero en realidad no lo son.
Estos productos no cumplen con lo que dice la etiqueta. Tienen menos proteínas de las que prometen o más sal (sodio) de lo permitido. Algunos ni siquiera cumplen con el peso indicado.
Aquí te dejamos la lista de las marcas que, según Profeco, no deberían llamarse «jamón»:
Alpino de 1 kg – $103 aprox.
Bodega Aurrera de 500 g – $38 (no cumple con el contenido neto).
Bafar clásico de 400 g – $34.
Chimex de 396 g – $33 aprox.
Duby de 500 g – $55 aprox.
Galicia Virginia (a granel).
Galy Galicia (a granel).
San Antonio (a granel).
Tres Castillos (a granel).
Kir Clásico de 1 kg – $100 aprox.
Kir Lunch de 220 g – $37 aprox.
Nutri Deli de 400 g – $30 aprox.
Profeco advirtió que estos productos no pueden promocionarse como jamón, ya que son simplemente embutidos. Por eso, pidió a los consumidores leer bien las etiquetas y no dejarse engañar.
