Mi marido Tom y yo tenemos una serie de ademanes que utilizamos cuando salimos juntos. Cuando le lanzo una mirada significativa y me acaricio la barbilla, significa “tengo un buen chisme para ti”. Un discreto tirón del lóbulo de mi oreja izquierda significa “hora de irse”.(Aunque, ahora que lo he contado, este gesto no va más).
Las señales secretas pueden sonar a algo de escuela secundaria. Pero también son divertidas.
Cuando eres adulto, el juego no siempre resulta natural. Pero el juego te ayuda a afrontar el estrés y aumenta tu satisfacción en la vida. También ayuda a las personas en las relaciones a sentirse más cercanas. Los comportamientos lúdicos como el humor, las bromas o el flirteo también pueden recordarte los primeros días de tu relación, dijeron John Kim y Vanessa Bennett, una pareja de terapeutas que escribió It’s Not Me, It’s You.
Pero las relaciones juguetonas no siempre surgen de forma orgánica, dijo Roslyn Ashford, consejera profesional con licencia en Mississippi. Hay que inventar o buscar esos momentos de diversión, añadió. He aquí cómo.
Cultiva los chistes privados
La investigación ha confirmado lo que intuitivamente sabemos: el humor es un elemento clave del juego adulto. Así que busca pequeñas oportunidades para añadir un poco de ligereza a lo largo del día, dijo Gaya Kodiyalam, terapeuta en Nueva York.
Puedes cultivar tu propio lenguaje juguetón, dijo Kodiyalam. Ella y su marido tienen tantos apodos el uno para el otro, dijo, que rara vez se llaman por sus nombres de pila.
También han desarrollado una serie de rituales divertidos. La pareja tiene un abrazo matutino especial que llaman “waggle”, meneo en español.
Estas palabras y costumbres “verdaderamente crean intimidad”, dijo.
Los chistes son otra forma de añadir un poco de diversión. Durante años, Tom y yo gastamos una broma alrededor de Baby Doll, un bebé de plástico que nuestra hija había cubierto con tatuajes de rotulador mágico. Con los años, Baby Doll había adquirido un aspecto mugriento y siniestro.
Así que yo colocaba a Baby Doll en distintas posturas —en el refrigerador, en la ducha— para asustar a Tom. Es inmaduro, lo sé. Pero divertido.
Envia un mensaje gracioso
Ashford y su pareja se enviaban mensajes de texto con memes y emojis para reírse, dijo.
Le conté a Ashford que a veces intento encontrar los emojis más extraños para enviárselos a Tom, sin hacer comentarios, como una langosta o un CD.
O en vez de enviar mensajes con frases, dijo Ashford, “podrías hablar solo en lenguaje emoji”, y hacer que tu pareja desentrañara tu críptico mensaje.
Un amigo mío le envía a su marido, que a menudo está fuera de la ciudad por trabajo, fotos graciosas de su perra para hacerlo reír. A veces es una foto en primer plano de la perra aspirando su comida; otras veces le dibuja un sombrero o una pañoleta chistosos.
Planea una cita sorpresa
A Kim y Bennett les gusta turnarse para idear una cita misteriosa. Una persona se encarga de la planificación, “y la otra solo tiene que aparecer”, dijo Kim. Sus citas han incluido escalada en roca y alquilar un descapotable para dar un paseo panorámico.
Una buena fuente de ideas para citas, dijo Bennett, son las Experiencias Airbnb, actividades ingeniosas dirigidas por expertos locales, muchas de las cuales no son caras.
La persona sorprendida debe tener la mente abierta y una buena actitud, añadió Bennett. Y si la cita no sale como estaba previsto, tienes otra broma interna, dijo.
Kodiyalam anima a las parejas de su consulta a pensar en las actividades que les hacían sentirse más vivos cuando eran más jóvenes, y a idear cómo hacer “una versión actualizada de ellas”.
Una pareja a la que atendió recordaba las búsquedas del tesoro y las carreras de obstáculos, así que Kodiyalam les sugirió que intentaran enfrentarse juntos a una sala de escape. Si a los dos les gustaba pintar de niños, puedes probar con una clase de arte de “pintar y beber”.
Haz de una situación cotidiana un juego
Añádele un poco de ligereza a tu día buscando formas de convertir las tareas domésticas en un juego, dijo Kodiyalam. Puedes organizar un concurso para ver quién prepara el plato más creativo con ingredientes que ya tienes en la nevera o la despensa, o quién ordena una zona de la casa más rápidamente.
Hace poco, en una excursión al supermercado con Tom, dividí la lista de la compra y le dije que quien terminara primero se llevaría un rasca y gana de 5 dólares. Los billetes de lotería no le inspiran la misma codicia que a mí, pero a Tom le encantan los retos. Corrió por los pasillos del supermercado como un héroe de acción de rostro adusto y ganó el juego.
Tom acabó dándome el rasca y gana. Gané 10 dólares. Que luego le di a él.
