viernes, enero 17, 2025

EL CÁNCER TIENE UN NUEVO ROSTRO: MÁS JOVEN Y FEMENINO

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Cada vez más estadounidenses sobreviven al cáncer, pero la enfermedad está afectando con mayor frecuencia a los adultos jóvenes y de mediana edad y a las mujeres, según informó la Sociedad Americana del Cáncer el jueves.

Y a pesar de los aumentos generales en la supervivencia, las personas negras y nativas estadounidenses están muriendo de algunos tipos de cáncer a tasas entre dos y tres veces superiores a las de los estadounidenses blancos.

Estas tendencias representan un cambio marcado para una enfermedad que durante mucho tiempo se ha considerado propia de la vejez, y que solía afectar mucho más a los hombres que a las mujeres.

Los cambios reflejan descensos en los cánceres relacionados con el tabaquismo y el cáncer de próstata entre hombres mayores, y un desconcertante aumento de cáncer en las personas nacidas a partir de los años 1950.
El cáncer es la segunda causa de muerte en Estados Unidos, pero la primera entre los estadounidenses menores de 85 años. El nuevo informe prevé que este año se producirán unos 2.041.910 nuevos casos y que 618.120 estadounidenses morirán de esta enfermedad.

Seis de los 10 cánceres más frecuentes van en aumento, entre ellos el de mama y el de útero. También están incrementando los cánceres colorrectales entre personas menores de 65 años, así como el cáncer de próstata, el melanoma y el cáncer de páncreas.

“Estas tendencias desfavorables se inclinan hacia las mujeres”, dijo Rebecca Seigel, epidemióloga de la Sociedad Americana contra el Cáncer y primera autora del informe.

“De todos los cánceres que están aumentando, algunos aumentan en los hombres, pero está desequilibrado: la mayor parte de este incremento se está produciendo en las mujeres”.

Las mujeres también están siendo diagnosticadas a edades más tempranas. Las tasas de cáncer están aumentando entre mujeres menores de 50 años (el llamado cáncer de aparición temprana), así como entre mujeres de 50 a 64 años.
A pesar del aumento de algunos cánceres de aparición temprana, como el colorrectal y el testicular, “las tasas generales se mantienen estables en los hombres menores de 50 años y disminuyen en los de 50 a 64 años”, dijo Seigel.

El informe describe otras tendencias preocupantes. Una de ellas es el aumento de nuevos casos de cáncer de cuello uterino —enfermedad que generalmente se considera prevenible en Estados Unidos— entre mujeres de 30 a 44 años.

La incidencia del cáncer de cuello uterino ha caído en picada desde mediados de la década de 1970, cuando la prueba de Papanicolaou para detectar cambios precancerosos se hizo más accesible. Pero encuestas recientes han revelado que muchas mujeres posponen las visitas al ginecólogo.

Una encuesta de Harris Poll realizada el año pasado a más de 1100 mujeres estadounidenses reveló que el 72 por ciento dijo haber pospuesto una visita a su médico que habría incluido una prueba de detección; la mitad dijo no saber con qué frecuencia debía someterse a una prueba de detección del cáncer de cuello uterino.

(La recomendación actual es un poco complicada: hazte una prueba de Papanicolaou cada tres años a partir de los 21 años, o una prueba de Papanicolaou combinada con una prueba del virus del papiloma humano, que puede causar cáncer de cuello uterino, cada cinco años).
Otra tendencia preocupante comenzó en 2021, cuando, por primera vez, la incidencia del cáncer de pulmón en mujeres menores de 65 años superó la incidencia en hombres: 15,7 casos por cada 100.000 mujeres menores de 65 años, frente a 15,4 por cada 100.000 en hombres.

El cáncer de pulmón ha disminuido en la última década, pero lo ha hecho más rápidamente en los hombres. Las mujeres empezaron a fumar más tarde que los hombres y tardaron más en dejarlo.

También se han producido repuntes de tabaquismo en personas que nacieron después de 1965, el año siguiente de la primera advertencia del cirujano general de que los cigarros provocan cáncer.

El tabaquismo sigue siendo la principal causa de muerte prevenible en Estados Unidos, ocasionando casi 500 muertes diarias por cáncer en 2025, la mayoría por cáncer de pulmón, dijo la Sociedad Americana contra el Cáncer.

“Existe una creciente preocupación de que los cigarros electrónicos y vapear puedan contribuir a esta carga en el futuro, dado su potencial cancerígeno y su extensa popularidad”, dijo el informe.
Las tasas de cáncer de mama también llevan muchos años subiendo poco a poco, alrededor de uno por ciento al año entre 2012 y 2021. El aumento más marcado se ha observado en las mujeres menores de 50 años, y se han producido aumentos pronunciados entre las mujeres hispanoamericanas, asiáticoamericanas y de las islas del Pacífico.

Los aumentos están impulsados por la detección de tumores localizados y ciertos cánceres estimulados por hormonas.

Parte del aumento se debe a los cambios en los patrones de fertilidad. La maternidad y la lactancia protegen contra el cáncer de mama, pero cada vez más mujeres estadounidenses posponen dar a luz o deciden no embarazarse.

Otros factores de riesgo son la genética, los antecedentes familiares y el consumo excesivo de alcohol, un hábito que ha aumentado en las mujeres menores de 50 años. En las mujeres mayores, el exceso de peso corporal puede influir en el riesgo de cáncer.

El cáncer de útero es el único cáncer cuya supervivencia ha disminuido en los últimos 40 años, dijo la ACS.
También están aumentando las tasas de mortalidad por cáncer de hígado entre las mujeres, y por cánceres de la cavidad oral en ambos sexos.

La incidencia del cáncer de páncreas lleva décadas aumentando tanto en hombres como en mujeres. Actualmente es la tercera causa de muerte por cáncer. Como en muchos otros cánceres, se cree que la obesidad contribuye a ello.

Se ha avanzado poco en la comprensión y el tratamiento del cáncer de páncreas. Las tasas de mortalidad han ido en aumento desde que se empezó a llevar un registro, y hoy en día ascienden a 13 por cada 100.000 en hombres y 10 por cada 100.000 en mujeres, frente a unas cinco por cada 100.000 tanto en hombres como en mujeres en la década de 1930.

La falta de avances ha frustrado a muchos científicos y médicos. Este cáncer suele estar bastante avanzado cuando se diagnostica, y la tasa de supervivencia a cinco años es solo del 13 por ciento.

“Tenemos que progresar en la comprensión específica de lo que impulsa el crecimiento de los cánceres de páncreas, qué tratamiento retrasará entonces estos cánceres, qué puede prevenirlo en primer lugar y cómo podemos detectarlo de forma temprana”, dijo Amy Abernathy, oncóloga cofundadora de Highlander Health, instituto enfocado en acelerar la investigación clínica.
Algunos expertos están empezando a reconocer que las exposiciones medioambientales pueden estar contribuyendo al cáncer de aparición temprana, además de los sospechosos habituales: estilo de vida, genética y antecedentes familiares.

“Creo que el aumento no solo de uno, sino de varios tipos de cáncer en personas jóvenes, sobre todo en mujeres jóvenes, sugiere que está ocurriendo algo más grande que variaciones en la genética individual o en la genética de la población”, dijo Neil Iyengar, oncólogo del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering.

“Apunta claramente a la posibilidad de que las exposiciones ambientales y nuestros estilos de vida en EE. UU. estén contribuyendo al aumento de los cánceres en personas más jóvenes”.

Los esfuerzos de salud pública encaminados a reducir las conductas de riesgo relacionadas con el estilo de vida se han enfocado en las personas que tienen mayor riesgo y en los estadounidenses de más edad, quienes siguen siendo los más afectados por el cáncer, señaló.

Pero los factores de riesgo en los jóvenes podrían ser distintos.
Las nuevas investigaciones apuntan a que, por ejemplo, mantener patrones de sueño regulares también puede ayudar a prevenir el cáncer, dijo.

Los cambios en las conductas y el estilo de vida pueden reducir el riesgo de muchos tipos de cáncer, dijo Siegel.

“No creo que las personas se den cuenta del control que tienen sobre su riesgo de cáncer”, dijo. “Hay muchas cosas que todos podemos hacer. No fumar es lo más importante”.

Entre las demás están: mantener un peso saludable, no consumir alcohol o consumirlo con moderación, seguir una dieta rica en frutas y verduras y baja en carne roja y procesada, hacer actividad física y someterse regularmente a pruebas de detección del cáncer.

“Hay todas estas cosas que puedes hacer, pero son elecciones individuales, así que elige una en la que puedas concentrarte”, dijo. “Los pequeños cambios pueden marcar la diferencia”.

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