Katie Kennedy siempre había pensado que el cáncer colorrectal afectaba sobre todo a los hombres mayores. Por eso se quedó helada cuando, a los 48 años, le diagnosticaron un cáncer de colon en estadio 3.
“No tenía sentido”, sobre todo porque siempre había sido sana y activa, dijo Kennedy, que ahora tiene 55 años y es asesora de comunicación en Westwood, Massachusetts.
Recientemente se ha producido un alarmante aumento de los diagnósticos de cáncer colorrectal en personas jóvenes, y ahora es una de las principales causas de muerte por cáncer entre los menores de 50 años. Los expertos desconocen la causa de este repunte, dijo Kimmie Ng, oncóloga y directora del Centro de Cáncer Colorrectal de Inicio Temprano del Instituto Oncológico Dana-Farber. Pero a cualquier edad, factores como la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de actividad física y una dieta inadecuada pueden aumentar el riesgo.
Aunque otros tipos de cáncer se han relacionado con lo que come la gente, el cáncer colorrectal tiene un vínculo especialmente fuerte, dijo Ng. En un estudio de 2019, los investigadores calcularon que casi el 40 por ciento de los casos de cáncer colorrectal en Estados Unidos podían atribuirse a una dieta inadecuada.
Esto puede deberse a que los alimentos entran en contacto directo con “el interior de nuestros intestinos”, dijo Ng, e influyen en el equilibrio de los microbios “buenos” y “malos” de los intestinos.
Procura consumir alimentos integrales ricos en fibra
Seguir una dieta que dé prioridad a las frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y legumbres puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal, dijo Edward Giovannucci, profesor de nutrición y epidemiología de la Escuela T. H. Chan de Salud Pública de Harvard.
La fibra es especialmente protectora, dijo Heather Greenlee, profesora de prevención del cáncer en el Centro Oncológico Fred Hutch de Seattle. Debes tener como meta consumir alrededor de 30 gramos de fibra al día, añadió. (Puedes obtener aproximadamente esa cantidad en un día si comes una manzana y una taza de brócoli, una de quinoa cocida y una de lentejas cocidas). En promedio, los adultos de Estados Unidos consumen aproximadamente la mitad de esa cantidad.
Comer una variedad de alimentos ricos en fibra alimenta tus microbios intestinales y favorece el crecimiento de más bacterias “buenas”, capaces de superar a ciertos microbios intestinales “malos” que pueden producir toxinas dañinas para el ADN de las células que recubren el colon y el recto.
Kennedy, que no padece cáncer desde 2019, se alegró de saber que el café –una de sus “cosas favoritas de la vida”– se asociaba a un menor riesgo de cáncer colorrectal. El café, el té, las frutas y las verduras pueden ser antiinflamatorios y proteger contra el desarrollo del cáncer o su reaparición, dijo Ng.
Consume suficiente calcio
Las investigaciones sugieren que los alimentos ricos en calcio, como la leche, el yogur, el tofu y las verduras de hoja verde oscura, pueden reducir el riesgo. El calcio puede adherirse a determinados compuestos nocivos del intestino, impidiendo que dañen las células que recubren el colon y el recto, dijo Giovannucci.
En un estudio publicado este año realizado con casi 500.000 personas de entre 50 y 71 años de Estados Unidos, quienes consumían más calcio procedente de alimentos y suplementos tenían un riesgo un 29 por ciento menor de desarrollar cáncer colorrectal a lo largo de más de 20 años que quienes consumían la menor cantidad de calcio.
Las pruebas que relacionan el calcio con un menor riesgo de cáncer colorrectal son más sólidas cuando este procede de alimentos, especialmente de los productos lácteos, pero las investigaciones sugieren que los suplementos de calcio pueden ser igualmente protectores, escribió en un correo electrónico Erikka Loftfield Cronin, epidemióloga del Instituto Nacional del Cáncer, quien dirigió el estudio sobre el calcio.
Los expertos recomiendan que la mayoría de los adultos tomen entre 1000 y 1200 miligramos de calcio al día. (Una taza de yogur o media taza de tofu contienen unos 400 miligramos).
El yogur tiene la ventaja añadida de contener probióticos, que pueden impedir que determinadas bacterias “malas” relacionadas con el cáncer colorrectal se instalen en tu intestino, dijo Giovannucci.
Limita el alcohol, las carnes rojas y procesadas y las bebidas azucaradas
El alcohol puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal y de al menos otros seis tipos de cáncer. Según la Sociedad Americana del Cáncer, lo mejor es no beber nada de alcohol. Si lo haces, sugieren limitar el consumo a no más de dos bebidas al día para los hombres y una bebida al día para las mujeres.
También hay pruebas de que el consumo habitual de carnes procesadas, como embutidos, tocino, cecina, salchichas y chorizo, así como de carnes rojas no procesadas, como res, cerdo y cordero, aumenta el riesgo de cáncer, sobre todo cuando se carbonizan, ahúman o cocinan a altas temperaturas, dijo Carrie Daniel-MacDougall, epidemióloga nutricional del Centro Oncológico MD Anderson de Texas.
Según un análisis reciente, las dietas ricas en carnes rojas se asociaron a un aumento del 30 por ciento del riesgo de cáncer colorrectal, y las ricas en carnes procesadas, a un aumento del 40 por ciento. Evita las carnes procesadas en la medida de lo posible, dijo Daniel-MacDougall, y limita la carne roja a una ración por semana. En su lugar, elige pescado, aves, tofu o legumbres, dijo.
Daniel-MacDougall también sugirió reducir los alimentos y bebidas ultraprocesados, como los refrescos azucarados y la mayoría de los postres y aperitivos envasados, que estudios recientes han relacionado con una mala salud intestinal y un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Estos alimentos suelen contener aditivos que pueden afectar negativamente al microbioma intestinal o al revestimiento protector de los intestinos, dijo.
Ahora Kennedy evita la mayoría de los alimentos ultraprocesados. Cocinar en casa –con muchas verduras frescas, tofu, pescado y yogur– se ha convertido en una pasión. Y ha renunciado totalmente a las carnes rojas y procesadas. “Una hamburguesa huele bien en la parrilla”, dijo, pero “ahora me basta con el olor”.
La dieta es importante, pero no lo es todo
Los expertos recomiendan que, a partir de los 45 años, la mayoría de la gente se haga una colonoscopia o un análisis de heces en casa, pruebas que pueden detectar signos precoces de cáncer colorrectal y ayudan a evitar que siga desarrollándose.
Para la salud general, las autoridades federales recomiendan que los adultos hagan al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana, como caminar, correr, montar en bicicleta o nadar, así como entrenamiento de fuerza dos veces por semana. Seguir este consejo puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal, dijo Greenlee. Un estudio reciente ha descubierto que la actividad física también previene los cánceres de colon nuevos o recurrentes en supervivientes.
Tu riesgo de cáncer se desarrolla a lo largo de muchos años y también está influido por tu genética, dijeron los expertos. No hay garantías de que comer bien y hacer ejercicio lo prevengan, pero es probable que reduzcan tus probabilidades, así como el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud.
“Todo lo que es bueno para el cáncer de colon, en realidad es bueno para la salud en general”, dijo Giovannucci.
