Una de las preguntas más frecuentes entre quienes les gusta correr es cuál es el horario más adecuado para realizar esta actividad.
Para muchos corredores, el reloj es casi tan importante como los tenis.
¿Eres del equipo que madruga y corre con el sol saliendo? ¿O prefieres ponerte los audífonos y salir a trotar cuando baja el calor del día?
Aunque ambas opciones tienen sus fans, la ciencia y los expertos tienen algo que decir al respecto. Aquí te dejamos lo mejor (y lo no tan bueno) de correr en la mañana y en la noche, para que elijas lo que mejor va con tu estilo de vida.
Correr en la mañana: empieza el día a todo ritmo
Lo bueno
Activas cuerpo y mente
Correr temprano puede darte ese extra de energía que muchos necesitan para arrancar el día. Según el American Council on Exercise, ayuda a activar el metabolismo desde las primeras horas.
Te vuelves más constante: Quienes corren por la mañana tienden a mantener mejor el hábito. Menos distracciones, menos excusas.
Endorfinas desde temprano: Liberas estrés, te enfocas más en el trabajo o estudio y arrancas el día con actitud positiva.
Menos tráfico y aire más limpio: Ideal para corredores urbanos.
Lo no tan bueno
Estás más rígido: Tu temperatura corporal es más baja en la mañana, lo que aumenta el riesgo de lesiones si no calientas bien.
Rendimiento limitado: Estudios indican que la fuerza y resistencia física suelen estar más bajas temprano en el día.
No todos son «morning runners»: Si dormir es sagrado para ti, tal vez no sea tu mejor opción.
Correr en la noche: velocidad bajo las estrellas
Lo bueno
Rindes más: Varios estudios, como los del «Journal of Chronobiology», muestran que al final del día tu cuerpo está más preparado, pues tiene mejor temperatura muscular, más flexibilidad y mejor capacidad pulmonar.
Desconectas del estrés: Correr después de un día largo es un excelente remedio para liberar tensiones y dejar atrás el estrés laboral o escolar.
Ayuda a dormir (si lo haces con tiempo): Si no terminas justo antes de irte a la cama, tu cuerpo y mente pueden relajarse mejor.
Lo no tan bueno
Podrías dormir mal: Si corres demasiado tarde, puede costarte conciliar el sueño por la activación del cuerpo.
Cuida tu seguridad: De noche necesitas estar más alerta, correr en zonas bien iluminadas y usar ropa reflectante.
Más compromisos: El trabajo, los pendientes o una cena con amigos pueden arruinar tu entrenamiento planeado.
¿Y entonces cuál es mejor?
Depende de ti. Los expertos coinciden en que el mejor momento para correr es el que se adapta a tu estilo de vida y puedes mantener con regularidad.
Lo importante es correr con constancia, calentar bien, hidratarte y disfrutar cada zancada.
