miércoles, abril 2, 2025

COMIDA CHATARRA: ADENTRO, PROHIBIDA Y AFUERA, SIN CONTROL

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En la Primaria Ramon López Velarde, en la Colonia San Felipe de Jesús, en GAM, hay dos puestos que venden comida chatarra a padres de familia y alumnos. Crédito: Alfredo Moreno Espinosa

Mientras que la prohibición de comida chatarra arrancó dentro de las escuelas, algunas con mayor celeridad que otras, el común denominador en todas es que su venta al exterior está extendida.

Las nuevas disposiciones emitidas por la SEP entraron en vigor el sábado y ayer fue el primer día escolar en que tuvieron que acatarse.

Mariela Malagón, cuyas tres hijas estudian en escuelas públicas de la Alcaldía Benito Juárez -la Primaria Libertadores de América, el Jardín de Niños Matamoros y el Centro de Atención Múltiple 88-, aseguró que en los planteles se ofrecieron pláticas informativas, mientras que las tiendas escolares dejaron de ofrecer alimentos ultaprocesados o altos en azúcar y grasas.
«Esta es una medida buena (…). Ya vimos que sí hay reducción en todas las escuelas, quitaron muchas cosas de la cooperativa, (ya hay) solamente cosas nutritivas», dijo.
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Gerardo González, padre de una estudiante también en el Centro de Atención Múltiple 88, consideró que el cambio requerirá un periodo de adaptación, pero que cambiar la dieta en el horario escolar será de gran ayuda.

«Es algo difícil, porque de repente sí se les antoja que el refresquito, las papitas, pero sí, cuando es diario dices: ‘no, espérate, hay que cuidar tu salud'», comentó.

Sin saber si fue casualidad o consecuencia, la señora que suele ofrecer chicharrones en bolsa frente al plantel no se instaló ayer. Un caso excepcional, pues en el resto de las escuelas el comercio informal de comida chatarra operó sin restricción alguna.
Sobre Avenida Cienfuegos, en Lindavista, se encuentran el Centro de Estudios Tecnológicos Industrial y de Servicios (CETIS) 30 y la Secundaria 135 Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Concepción, mamá de un alumno, consideró que fueron notorios los esfuerzos de la cooperativa para acatar la nueva disposición.
Pero como ocurre siempre, a la hora de la salida se instalaron los puestos libres de cualquier restricción.
Varios de los productos que están al alcance de los menores de edad tienen sellos de advertencia por el exceso de calorías, grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sodio que contienen.
Lo mismo papas fritas, jugos de sabores, refrescos, chocolates, paletas, galletas, chicles, tamarindos, bebidas lácteas fermentadas, té helado, que bebidas energizantes.
Además de sopas instantáneas o hot dogs.
«Eso sí está mal, pero no sé si las escuelas puedan hacer algo», reprochó Concepción, madre de familia.

TOCA A LOS PADRES

En el Colegio Dos Naciones Unidas, en la Colonia del Valle, se respetó la disposición sobre alimentos, pero afuera se mantuvo la oferta libre.

«Es parte de la economía de la Ciudad y no podemos tampoco dejar de lado eso», señaló Gerardo Ávila, padre de un alumno.
«Pero ya fuera de la escuela nos corresponde a nosotros como padres, pues seguir ese lineamiento de la escuela hacia afuera para que los niños puedan seguir con ese alimento, de nada sirve que adentro tengas una educación integral de eso y que afuera vayamos a comer cualquier cosa», enfatizó.

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