viernes, enero 31, 2025

COLISIÓN ENTRE JET Y HELICÓPTERO, EL PEOR DESASTRE AÉREO EN EU EN UNA GENERACIÓN

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Una colisión en el aire entre un helicóptero del Ejército y un vuelo de American Airlines causó la muerte de las 67 personas a bordo en las dos aeronaves, dijeron funcionarios el jueves, que examinan las acciones del piloto militar e informaron que la dotación de personal de la torre de control “no era normal” en el momento del peor desastre de aviación en Estados Unidos en una generación.

Al menos 28 cuerpos fueron extraídos de las heladas aguas del río Potomac después de que el helicóptero aparentemente se cruzó en la trayectoria del avión el miércoles por la noche cuando iba a aterrizar en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, ubicado al otro lado del río frente a Washington, indicaron autoridades. El avión llevaba 60 pasajeros y cuatro tripulantes. En el helicóptero viajaban tres soldados.

Un controlador de tráfico aéreo estaba realizando el trabajo normalmente asignado a dos personas en la torre del Aeropuerto Nacional Reagan cuando ocurrió la colisión, según un informe de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) obtenido por The Associated Press.

“La configuración de la posición no era normal para la hora del día y el volumen de tráfico”, señaló el informe.

Sin embargo, una persona familiarizada con el asunto dijo que la dotación de personal en la torre de control de tráfico aéreo el miércoles por la noche estaba a un nivel normal. Los puestos suelen combinarse cuando los controladores necesitan alejarse de la consola para tomar descansos, están en proceso de cambio de turno o el tráfico aéreo es lento, indicó la persona, que habló a condición de guardar el anonimato para poder declarar sobre procedimientos internos.

“Ahora estamos en un punto en el que estamos pasando de una operación de rescate a una operación de recuperación”, declaró John Donnelly, el jefe de bomberos de la capital estadounidense.

El cuerpo del avión fue encontrado boca abajo, dividido en tres secciones, en una parte del río donde el agua apenas llega a la altura de la cintura. Los servicios de emergencia estaban buscando en una zona del Potomac que llega hasta el puente Woodrow Wilson, aproximadamente a 4,8 kilómetros (3 millas) al sur del aeropuerto, señaló Donnelly. También se encontraron los restos del helicóptero. Imágenes del río mostraban botes alrededor del ala parcialmente sumergida y los restos destrozados del fuselaje del avión.

La colisión fue el accidente aéreo más letal en Estados Unidos desde 2001.

Hasta el momento no se ha informado la causa del choque, pero las autoridades indicaron que las condiciones de vuelo eran despejadas mientras el avión arribaba de Wichita, Kansas, con patinadores artísticos estadounidenses y rusos, además de otros pasajeros.

“En el acercamiento final hacia el (aeropuerto) Nacional Reagan, (el avión) chocó contra una aeronave militar en un acercamiento que, por lo demás, era normal”, dijo Robert Isom, director general de American Airlines.

Un alto funcionario de aviación del Ejército indicó que la tripulación del Black Hawk era “muy experimentada” y estaba familiarizada con la congestión aérea que ocurre a diario en los alrededores de Washington.

“Ambos pilotos habían volado esta ruta específica antes, de noche. Esto no era algo nuevo para ninguno de ellos”, manifestó Jonathan Koziol, jefe de personal de aviación del Ejército. “Incluso el jefe de tripulación en la parte trasera ha estado en la unidad durante mucho tiempo, muy familiarizado con el área, muy familiarizado con la estructura de las rutas”.

La altitud máxima permitida para el helicóptero en el momento del choque era de 60 metros (200 pies) sobre el suelo, observó Koziol. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha dicho que la altura parecía ser un factor en la colisión.

Pero Koziol indicó que los investigadores necesitan analizar los datos de vuelo antes de sacar conclusiones sobre la altitud.

“Ambas aeronaves tendrán grabadoras a bordo que nos darán toda esa información una vez que la recuperemos, para proporcionarnos la verdad real sobre lo que estaban haciendo esas aeronaves. Hasta ahora, sólo sería especulación”, aclaró.

El presidente Donald Trump inició una conferencia de prensa en la Casa Blanca después del choque con un momento de silencio en honor a las víctimas, diciendo que se trata de una “hora de angustia” para el país.

Pero pasó la mayor parte de su tiempo atribuyendo culpas políticas, atacando al gobierno del presidente Joe Biden y a las iniciativas de diversidad en la Administración Federal de Aviación, diciendo que habían llevado a una disminución de los estándares, incluso cuando reconoció que la causa del choque era desconocida.

Sin presentar pruebas, Trump culpó a los controladores de tráfico aéreo, a los pilotos del helicóptero y a las políticas demócratas en las agencias federales. Dijo que la FAA estaba “reclutando activamente a trabajadores que sufren discapacidades intelectuales severas, problemas psiquiátricos, y otros problemas mentales y físicos bajo una iniciativa de contratación de diversidad e inclusión”.

En el Aeropuerto Nacional Reagan, el ambiente era sombrío el jueves por la mañana mientras los pasajeros varados esperaban que los vuelos se reanudaran, evadiendo a los equipos de camarógrafos y mirando por las ventanas de la terminal en dirección del Potomac, donde las labores de recuperación apenas eran visibles en la distancia.

Aster Andemicael había estado en el aeropuerto desde el miércoles por la noche con su anciano padre, que iba a volar a Indiana para visitar a familiares. Pasó gran parte de la larga noche pensando en las víctimas y sus familias.

“He estado llorando desde ayer”, declaró, con la voz entrecortada. “Esto es devastador”.

Los vuelos se reanudaron en el aeropuerto alrededor del mediodía. Pero muchos vuelos habían sido cancelados, y los tableros de información del aeropuerto estaban cubiertos de mensajes de cancelación en rojo.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, que prestó juramento a su cargo esta semana, dijo que había “indicadores tempranos de lo que sucedió”, aunque se abstuvo de dar detalles a la espera de una investigación.

No es inusual tener una aeronave militar que vuela por el río y una aeronave que aterriza en el aeropuerto, señaló, pero agregó que creía que el choque podría haberse evitado.

“Por lo que he visto hasta ahora, ¿pienso yo que esto era prevenible? Desde luego que sí”, afirmó.

El accidente aéreo más mortal desde noviembre de 2001

El choque del miércoles fue el más mortal en Estados Unidos desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un vuelo de American Airlines se estrelló en una zona residencial de Belle Harbor, Nueva York, apenas después de despegar del aeropuerto Kennedy, lo que causó la muerte de las 260 personas a bordo.

El último gran choque fatal que involucró a una aerolínea comercial estadounidense ocurrió en 2009 cerca de Buffalo, Nueva York. Todos a bordo del avión turbohélice Bombardier DHC-8 murieron, junto con una persona en tierra, lo que elevó el total de muertos a 50.

Pero a menudo los expertos destacan que viajar en avión es abrumadoramente seguro. El Consejo Nacional de Seguridad estima que los estadounidenses tienen una probabilidad de 1 en 93 de morir en un choque de vehículo motorizado, mientras que las muertes en aviones son demasiado raras para calcular las probabilidades. Las cifras del Departamento de Transporte narran una historia similar.

Entre los pasajeros en el vuelo del miércoles había un grupo de patinadores artísticos, sus entrenadores y familiares que regresaban de un campamento de desarrollo que se llevó a cabo después de los Campeonatos de Patinaje Artístico de Estados Unidos en Wichita.

El Kremlin indicó que dos de esos entrenadores eran los patinadores artísticos rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, quienes ganaron el título de parejas en los campeonatos mundiales de 1994 y compitieron dos veces en los Juegos Olímpicos. El Club de Patinaje de Boston los tiene registrados como entrenadores, y su hijo Maxim Naumov es un patinador artístico competitivo para Estados Unidos.

El director general del club, Doug Zeghibe, dijo que el grupo era altamente talentoso, y señaló que su pérdida resonará en la comunidad de patinaje durante años.

“La gente está simplemente atónita por esto”, declaró Zeghibe. “Para nosotros son como familiares”.

La colisión ocurrió en un espacio aéreo estrictamente controlado

La FAA indicó que el choque en el aire ocurrió antes de las 9 de la noche tiempo del este en uno de los espacios aéreos más estrictamente controlados y monitoreados del mundo, a poco más de 4,8 kilómetros (3 millas) al sur de la Casa Blanca y el Capitolio.

El vuelo 5342 de American Airlines se dirigía al aeropuerto Nacional Reagan a una altitud de aproximadamente 122 metros (400 pies) y una velocidad de aproximadamente 225 kilómetros por hora (140 millas por hora) cuando perdió altitud rápidamente sobre el Potomac, según datos de su transpondedor de radio. El bimotor Bombardier CRJ-700, hecho en Canadá en 2004, puede configurarse para llevar hasta 70 pasajeros.

Unos minutos antes del aterrizaje, los controladores de tráfico aéreo le preguntaron al jet comercial que llegaba si podía aterrizar en la pista 33 en el aeropuerto Nacional Reagan, la cual es más corta, y los pilotos respondieron que sí. Luego, los controladores le autorizaron al avión aterrizar en la pista 33. Los sitios de seguimiento de vuelos mostraron que la aeronave ajustó su aproximación a la nueva pista.

Menos de 30 segundos antes del choque, un controlador de tráfico aéreo le preguntó al helicóptero si tenía a la vista el avión que llegaba. El controlador hizo otra llamada de radio al helicóptero momentos después: “PAT 25, pase detrás del CRJ”. Segundos después de eso, las dos aeronaves chocaron.

El transpondedor del avión dejó de transmitir a unos 732 metros (2.400 pies) antes de la pista, aproximadamente a la mitad del río.

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